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México podría recuperar dinamismo en el proceso de relocalización de inversiones hacia América del Norte, impulsado por una mayor competitividad arancelaria frente a otros países y por el tamaño del mercado estadunidense.

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Sin embargo, persisten riesgos regulatorios y rezagos estructurales que podrían limitar el potencial del nearshoring en el país.

 

De acuerdo con analistas de Banamex, las exportaciones mexicanas están en posición de ganar participación en las importaciones de Estados Unidos, incluso con incrementos moderados, dado que se trata de un mercado de gran escala. Esta expectativa se sustenta en que la ventaja arancelaria derivada del TMEC se amplió en 2024, a pesar de episodios de incertidumbre por políticas comerciales estadunidenses.

 

Los especialistas explicaron en conferencia de prensa que, antes del inicio de la nueva administración Trump, Estados Unidos cobraba un arancel promedio de 2.5% al resto del mundo, frente a 0% para México. Con los datos disponibles hasta agosto de 2025, ese diferencial se incrementó: el arancel promedio aplicado al mundo subió a 11%, y el correspondiente a México a 5 por ciento. Aunque ambos podrían seguir aumentando, la brecha sigue favoreciendo a la producción instalada en México.

 

 

A ello se suma que el país reforzó su posición como primer exportador hacia Estados Unidos, ampliando la distancia frente a China y Canadá. Asimismo, México ya se había colocado como el principal socio comercial de ese país, y en meses recientes también se convirtió en su primer destino de exportación, superando a Canadá.

 

Sin embargo, los especialistas subrayaron que la materialización plena del nearshoring enfrenta riesgos derivados de reformas de corte regresivo aprobadas en el último año, que han deteriorado el entorno de certeza político-jurídica. Esto, señalaron, eleva los costos de transacción y afecta la percepción de México como destino de inversión.

 

Se suman a estos factores rezagos estructurales que ya limitaban el impulso del nearshoring antes de los cambios regulatorios: insuficiencia de infraestructura, retos en el suministro energético, disponibilidad de agua y problemas de logística. Todos son elementos que deben atenderse para que México pueda aprovechar el potencial completo de la relocalización.

Los analistas de Banamex concluyeron que, si bien las condiciones estructurales —como la cercanía con Estados Unidos— siguen favoreciendo al país, la falta de certidumbre y las deficiencias en infraestructura podrían impedir que el nearshoring alcance la magnitud esperada.