En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), dio a conocer que pese a la llamada “austeridad republicana” el gasto público creció “sin evidencia clara de representar beneficio ni eficiencia social, que es lo que más se requiere en el momento, o de proveer un apoyo importante a la población afectada económicamente por el COVID-19. No se sabe si la inversión pública prioritaria es productiva o socialmente rentable”.
El Centro destaca que aunque el gasto ejercido en enero-julio fue menor a lo programado, su crecimiento sí fue significativo respecto a la evolución del Producto Interno Bruto (PIB). “Este comportamiento será más preocupante en la medida en que los ingresos no recurrentes se agoten”.
De enero a julio de 2020, el gasto público pagado total aumentó a una tasa anual real de 2.4%, para llegar a 3 mil 438 millones de pesos, el monto históricamente más alto para el mismo lapso. El aumento de 4.8% en el gasto programable fue el principal origen de este comportamiento.
Dependencias ganadoras
“Destacan el incremento a la Secretaría de Economía (SE), con 337.5%, por el desembolso del Programa Crédito a la Palabra; aumento en gasto a turismo (289.7%), en donde se integró el proyecto del Tren Maya; el gasto de la Secretaría del Trabajo (que creció 91.8%) debido al programa Jóvenes Construyendo el Futuro; y el incremento del gasto de Energía (63.6%) principalmente por la construcción de la refinería de Dos Bocas. Pero más importante por su monto es el aumento de gasto de la secretaría de Bienestar (43.6%), donde se alojan diversos programas sociales de carácter asistencial de la administración”.
El CEESP criticó que el sentido común indicaría orientar el gasto, en las circunstancias actuales, hacia problemas de salud, seguridad pública y educación. “No obstante, el gasto no muestra estas prioridades, ya que el gasto en salud aumentó sólo 0.2% en enero-julio de 2020 respecto a 2019, el ejercido por Seguridad Pública y Protección Ciudadana se contrajo 10.3% anual, mientras las erogaciones en Educación crecieron 6.8%”.
El organismo lamentó el número de decesos del personal sanitario, “que de acuerdo con datos de Amnistía Internacional, México ocupa el primer lugar en el mundo, con 1,320 decesos, cifra muy elevada comparativamente (1,077 en EEUU, 634 en Brasil o 573 en India)”.