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La contracción ha sido generalizada en los dos últimos años y se seguirá extendiendo al menos en la primera mitad de 2021.

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El principal lastre de la construcción en los años recientes ha sido la debilidad de la inversión. En los últimos dos años se contrajo en forma generalizada, evitando el crecimiento en la producción del sector.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión en construcción sufrió un desplome de -17.4% en 2020, acelerando su caída de 2019 cuando fue de -3.7 por ciento.

En ambos periodos se observó una contracción generalizada en la inversión no residencial y la residencial, aunque la magnitud fue diferente.

Por ejemplo, en 2019 la inversión no residencial se contrajo a un ritmo de -5.8% y la residencial se ajustó en -1.5 por ciento. En 2020 el gasto en la construcción no residencial se desplomó -19.7%, en tanto la residencial cayó -15.0 por ciento.

Debemos recordar que la inversión no residencial, principalmente está enfocado en obras de ingeniería civil, es decir, en infraestructura y depende fundamentalmente de gasto público. Por su parte, la inversión residencial depende casi en exclusiva del sector privado.

La inversión no residencial lleva seis años consecutivos a la baja, periodo que se inició con los recortes al gasto público desde la administración de Peña Nieto.

Al arranque del 2021, en enero, se observa una moderación en la caída, pero sigue predominando una contracción en la inversión a un ritmo anual de -11.3%, debido a que la inversión no residencial  se ajustó -13.5% y la residencial -8.9 por ciento.

En opinión de analistas de Banorte, la construcción ha sido el principal freno de la inversión fija bruta, principalmente por un sector no residencial aún contenido.

Al referirse al balance de 2020 indicaron que “esto contrastó con los datos de finanzas públicas que mostraron un impulso en la inversión del gobierno federal, aunque es común ver un aumento sustancial en el último mes del año dadas las consideraciones presupuestales de las diferentes secretarías (devengado y no gastado)”.

Sobre el inicio del año afirmaron que: “Creemos que, aunque la incertidumbre sigue pesando en el sector, el hecho de que siga siendo una actividad esencial puede ser un soporte clave”.

Al respecto, analistas de Banco Base indicaron que “el sector de la construcción venía en desplome desde antes que comenzara la pandemia, siendo el motivo principal la incertidumbre relacionada con la política económica del país”.

Sobre sus perspectiva para 2021, agregaron que “se espera que en términos anuales muestre el sector construcción muestre una variación positiva hacia finales del año, pero esto dependerá de dos factores: 1) los resultados de las elecciones intermedias y 2) de la reapertura de la economía”.