La inversión en construcción experimentó un incremento de 6.2% de enero a junio de 2021, en relación al periodo similar del año previo, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En particular, la inversión en construcción residencial fue el único factor que favoreció el repunte, al observar un avance de 6.2% anual; en contraste, la inversión no residencial se mantuvo estancada, con una variación de apenas 0.2% respecto al primer semestre de 2020.
Durante todo 2020, la inversión en construcción experimentó una contracción de -17.4%, por lo que la reacción que ha tenido en 2021 ha sido muy pobre.
Tomando en cuenta la serie desestacionalizada, la inversión en construcción mostró una recuperación en el segundo semestre del año pasado, cuando se presentó la reapertura de actividades económicas y alcanzó su máximo en febrero pasado, pero en los siguientes meses ha mostrado nuevas contracciones.
Durante junio, “en este contexto, la construcción mostró la mayor contracción en -2.9%, con las pérdidas concentradas en el sector residencial (-4.4%). Esto es consistente con el desempeño que vimos en ‘edificación’ en el reporte de producción industrial. Mientras tanto, el no residencial se ubicó en -2.8%, no descartando un impacto modesto tras la elección del 6 de junio, recordando que suele haber una aceleración para mejorar la percepción de las personas en torno a los partidos gobernantes. Sin embargo, y considerando el desempeño en meses anteriores, el impulso de esto parecería ser muy moderado”, afirmó un análisis de Banorte.
Por su parte, un análisis de Monex indicó que “del sector, la construcción residencial fue la más afectada y se ubica 15.5% debajo de su nivel de inicio de año, aunque la no residencial también tuvo un descenso significativo. Dado que la construcción es una de las actividades sensibles a los niveles del costo de financiamiento, la perspectiva de tasas de interés más elevadas podría ser una barrera adicional en los próximos meses”.