El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares Alemán dijo que desde 2018, al inicio del gobierno de la autollamada cuarta transformación (4T) hubo un declive en la construcción que se acentúo con la pandemia por el Covid-19.

Tras 45 meses la industria ha presentado una caída de -14.4%, la producción de las empresas que operan en ella lo ha hecho 25.8% y la inversión 16.9% en el rubro.

En tanto que 2,500 empresas del sector construcción, que aporta 8% del producto interno bruto cerraron entre 2019 y 2021, que aunque dijo que “no sabemos si desaparecieron, no tienen obra”.

La crisis se debe en parte a que el Ejército Mexicano pasó de ser una institución de seguridad del Estado mexicano, a ser una dependencia constructora del gobierno federal “lo que ha reducido la participación de las empresas comerciales”, además que hay mayor opacidad en el gasto de obra pública.

Para 2022, la CMIC prevé un crecimiento anual de 27.5% en el presupuesto etiquetado como obra pública, sin embargo, “siete de cada 10 pesos bajo este concepto irán a Pemex, para luego concentrarse 15% en el Tren Maya, el AIFA y el CIIT, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022.

Según un estudio de la CMIC, Campeche y Tabasco acaparan 60% de presupuesto para obra pública para 2022, mientras Colima y Aguascalientes solo sumaron 0.2 por ciento.

Finalmente, la CMIC sentenció que el sector se enfrenta a una inflación de casi 17% en los materiales para construcción, a lo que se sumará el encarecimiento del acero por el cierre de fábricas en China.

Con información de La Jornada.