Tras dos años y medio de Covid-19, que solo en el 2020 provocó pérdidas por más de 137 mil millones de dólares (mdd) a las compañías aéreas del mundo, estas tendrán de nuevo ganancias en el 2023, gracias a la fuerte recuperación de la demanda de pasajeros.
Aunque el camino de la rentabilidad en el sector no será fácil, pues perderá 9 mil 700 mdd este año, no obstante, la baja supondrá una ‘enorme mejora’ respecto de los 42 mil 100 mdd perdidos en 2021, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Añadió que la fuerte demanda latente, el levantamiento de las restricciones de movimiento en la mayoría de los mercados, el bajo desempleo en la mayoría de países y las economías de los particulares influirán en que el número de pasajeros alcance el 83% del nivel anterior a la pandemia.
Mientras que el tráfico de pasajeros volverá a los niveles anteriores a la crisis en el 2024. En cuanto al volumen de negocios, las empresas esperan recuperar en el próximo año el 93.3% de los niveles de 2019, con 782 mil mdd, lo que supondrá un aumento del 54.5% en un año.
Este aumento se verá impulsado por los ingresos del transporte de pasajeros, que alcanzarán los 498 mil mdd, mientras que los ingresos del transporte de mercancías caerán ligeramente hasta los 191 mil mdd, frente a los 204 del año anterior, pero aun así duplicarán el nivel de 2019.
En los días más álgidos de la crisis sanitaria, el transporte de mercancías ha sido una de las pocas ganancias de la industria aérea, pero la IATA destacó que continúan los desafíos: en términos de costos, en particular el keroseno y las restricciones persistentes en algunos mercados claves.
Identificó varios factores de riesgo que pueden alterar sus previsiones, en primer lugar la guerra en Ucrania. El cierre del espacio aéreo ruso a muchos transportistas les obliga a dar costosos rodeos en las rutas entre Asia y Europa o Estados Unidos.
Después, los problemas de mano por la escasez de pilotos en Estados Unidos, de personal de mantenimiento y agentes de seguridad en algunos aeropuertos europeos. Y está la alta inflación que erosiona el poder adquisitivo de los consumidores, mientras las aerolíneas sanean sus finanzas.