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Este proyecto conecta los océanos Atlántico y Pacífico, optimizando el transporte de mercancías y promoviendo la industrialización del sureste del país.

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Si ponemos a México en el lugar que le corresponde, está en el centro del mundo y además viviendo un momento histórico al verse beneficiado por el nearshoring y su consecuente reubicación de las cadenas de suministro, así como del arranque del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). La unión de estas dos fuerzas le dará un potencial enorme a la economía del país.

El CIIT es un proyecto de México para el mundo, ya que resolverá en gran parte el problema que tiene el Canal de Panamá para el transporte global de mercancías, pero como un complemento, no como competencia.

Se trata de un parteaguas en lo que pueden llegar a ser las cadenas de suministro y el comercio. Porque no solo se trata de conectar el comercio entre dos puertos (Salina Cruz y Coatzacoalcos), si no conectar el comercio del mundo, por ejemplo, lo que llega de países asiáticos e internarlo en la Costa Este de Estados Unidos.

 

Concentra el Corredor Interoceánico su estrategia en dos elementos clave: el desarrollo y conectividad de la infraestructura de transporte en la región; y una estrategia de promoción integral para incentivar las inversiones privadas coordinadas por el gobierno de la República.

 

De acuerdo con el director general del CIIT, Almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, el proyecto integra una plataforma logística multimodal, que utiliza las capacidades de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, complementado con el Puerto Chiapas y el Puerto de Dos Bocas en Tabasco. Y éstos se conectarán por cerca de 1,200 kilómetros de vías férreas, es decir, se están interconectando los océanos, pero no solamente el tren, éste es un medio para unir a los océanos, también es poder marítimo, poder comercial y poder logístico.

 

 

El proyecto amplía nuestras fronteras, porque nos permite el acceso hacia el Norte del país, hacia el Atlántico, nos permite el acceso hacia Guatemala –Centro América–, y hacia el Pacífico.

 

Cabe destacar que el programa para el desarrollo del Istmo de Tehuantepec, tiene como columna vertebral el proyecto del CIIT. Este busca la movilización internacional de mercancías a la par de la industrialización del sureste, a través de un corredor integrado inicialmente por 10 Polos de Desarrollo.

 

En el corredor se producirán y transformarán mercancías, se les dará valor agregado, y a estas condiciones se le sumarán beneficios fiscales, la gran ubicación geoestratégica, de tratados comerciales que a lo largo de los años México ha logrado. La suma de todos los esfuerzos es lo que hace exitoso al Corredor Interoceánico.

 

Y es que México ofrece muchos beneficios. En cuanto a los atractivos para invertir en el proyecto del Corredor Interoceánico, también México ofrece muchas ventajas. De inicio su posición geoestratégica, la rapidez en el traslado de mercancías con bajos precios, pero lo mejor es producir en un mismo lugar los productos. En comparación con Panamá, se le ganan fácilmente 20 días en el traslado, un tiempo valioso.

 

Vislumbra el CIIT un plan de Desarrollo Regional, que va más allá de la infraestructura de transporte y el desarrollo industrial. Se apoyará en las promotoras para crear una estructura que satisfaga las nuevas necesidades que surgirán como vivienda, universidades, oferta comercial y corporativa, entre otras más.