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Durante el primer semestre de 2024 la industria de la construcción reportó un crecimiento de 10.1% en comparación con el mismo periodo de 2023.

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Este resultado es muy positivo porque creció más de cinco veces en comparación con el ritmo de crecimiento de la economía en su conjunto (1.9% en el mismo periodo), pero es claro que viene perdiendo dinamismo respecto a su tendencia del año pasado.

Comparativamente, a lo largo de todo el año 2023 el sector de la construcción acumuló un crecimiento de 15.6% con un fuerte impulso de la construcción de obras de infraestructura que avanzó 78.7%, mientras que la edificación solo creció 5.4% y los trabajos especializados 4.0 por ciento.

A pesar de que en el primer semestre de 2024 se concentró el gasto público en las obras de infraestructura insignia del gobierno federal que no se han terminado, la industria de la construcción moderó su ritmo de expansión.

 

El avance de 10.1% anual de enero a junio estuvo determinado por el incremento de 22.9% de las cobras de ingeniería civil, las cuales fueron las que más se moderaron, en tanto la edificación mejoró a un ritmo de 7.6% anual y las obras especializadas colaboraron con un avance de 3.1% anual.

 

Durante junio en particular, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la industria de la construcción se contrajo -2.3% mensual; considerando cifras originales, se observó un crecimiento de 1.5% en comparación con el mismo mes del año pasado.

 

 

Recordaron en Banco Base que “la construcción creció a tasas muy elevadas en el 2023, alcanzando un crecimiento de 28.68% en agosto. Este crecimiento fue impulsado en su mayoría por la construcción de obras de ingeniería civil (en su mayoría obras públicas), que en agosto del 2023 registró una tasa de crecimiento anual de 163.49 por ciento. Sin embargo, durante el cuarto trimestre del 2023 comenzó una desaceleración, y ahora al cierre del segundo trimestre del 2024 ya se observan tasas de crecimiento muy bajas”.

 

Opinan en Monex que “los resultados de junio fueron moderados en comparación con el mes previo, por lo que observamos ciertas señales de debilidad al interior del indicador de actividad industrial. Destaca el retroceso en el componente de construcción, perdiendo el dinamismo registrado en los últimos 3 meses, lo que podría explicarse ante el cierre proyectos del gobierno de salida”.

 

Por último, en Banorte señalan que “seguimos pensando que los vientos en contra permanecen, consistente con el comportamiento usual de la economía tras las elecciones federales. En un primer momento pensábamos que el rubro más afectado sería la construcción. Aunque… el hecho de que los trabajos en algunas de las obras prioritarias del gobierno federal hayan continuado en julio y agosto debería ser positivo”.