El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) se posiciona como un proyecto de gran relevancia estratégica, no solo para México, sino también a nivel global. Este corredor tiene el potencial de revolucionar la logística mundial y de reconfigurar el desarrollo económico de las regiones del sureste del país, en especial Oaxaca y Veracruz.
Según Altagracia Gómez Sierra, Coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización, el corredor ya ha captado el interés de inversionistas internacionales, como una planta de hidrógeno verde de origen europeo, y representa una oportunidad sin precedentes para atraer capital extranjero.
Un proyecto de largo plazo con visión integral
El CIIT no solo busca mejorar la infraestructura logística del país, como puertos, carreteras y ferrocarriles, sino también crear ecosistemas económicos autosustentables. Esto implica un esfuerzo coordinado entre empresarios, academia, gobierno y organismos multilaterales.
Gómez Sierra enfatizó que, aunque es necesario obtener resultados en el corto plazo, el éxito del corredor dependerá de una visión estratégica a largo plazo que fomente el desarrollo sostenible.
Impacto social y económico en las comunidades
Asimismo, se destacó que el CIIT, impulsado durante el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, posiciona a Oaxaca y Veracruz como polos de inversión para los próximos 50 años. Este desarrollo está respaldado por la confianza de las comunidades locales y se espera que su consolidación beneficie directamente a las poblaciones de la región.
La seguridad y la colaboración como pilares del proyecto
La seguridad será crucial para el éxito del corredor. Se prevé un despliegue de la Marina Armada de México y otras fuerzas de seguridad para garantizar que las inversiones y la infraestructura estén protegidas. Además, el almirante Alan Tarsicio Cruz, director general del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, destacó la importancia de la colaboración entre el Senado y la comisión especial para garantizar la implementación de leyes adecuadas que respalden el proyecto.
Un futuro prometedor para México
El Corredor Interoceánico no es solo una obra de infraestructura, sino un símbolo del potencial transformador de México. Su éxito no solo depende de la construcción física, sino de la capacidad del país para coordinar esfuerzos entre todos los sectores y asegurar que los beneficios lleguen a todas las comunidades involucradas.
Con información de La Jornada y tabascohoy.com