Con base en mi experiencia, tanto en Alemania como en China, he observado que la infraestructura ferroviaria no solo impulsa el transporte de mercancías, sino que también transforma la movilidad de las personas, lo cual tiene un impacto directo en la economía.
Hablando en específico de Alemania, los ferrocarriles son la columna vertebral del transporte de mercancías y pasajeros. Sin embargo, México tiene una ventaja única: la posibilidad de construir infraestructura ferroviaria en un solo periodo legislativo, algo que en Europa puede tardar hasta 25 años. Esto representa un cambio de paradigma que permite a México avanzar rápidamente en proyectos que impactarán de manera positiva en su economía y en su contribución a la lucha contra el cambio climático, al reducir las emisiones y fomentar la conectividad regional.
Lecciones de China y Alemania
Durante mi tiempo en China, pude observar cómo este país transformó su red ferroviaria. En la década de 2000, China no solo modernizó su infraestructura existente, sino que también invirtió en trenes de alta velocidad y transporte de mercancías de bajo costo. La clave de su éxito fue conectar grandes centros urbanos y establecer "puertos secos" cerca de las líneas ferroviarias, lo que permitió a la industria tener acceso directo a una logística eficiente y competitiva.
Y en Alemania, la red ferroviaria está integrada tanto para pasajeros como para mercancías, lo que facilita una economía dinámica. Estas experiencias demuestran que el ferrocarril no solo conecta lugares, sino que también genera desarrollo económico y social al permitir el establecimiento de industrias en áreas conectadas por estas líneas.
Nearshoring y conectividad con América del Norte
Una estrategia eficiente consiste en multiplicar la capacidad de los puertos mexicanos mediante el uso de trenes. Por ejemplo, los "puertos secos" permiten descargar mercancías directamente a trenes, transportarlas tierra adentro y realizar el despacho aduanal lejos de las zonas costeras, eliminando cuellos de botella y optimizando la logística.
Esto no solo mejora la competitividad de las exportaciones mexicanas, sino que también fortalece su capacidad para atraer inversiones y generar empleo en las zonas cercanas a las líneas ferroviarias.
Tecnología e Inteligencia Artificial: El futuro del ferrocarril
Además, los sistemas de señalización automatizada, como la Protección Automática de Trenes (ATP), garantizan que los trenes operen con seguridad al prevenir colisiones. Este tipo de tecnología no solo aumenta la capacidad de la red ferroviaria, sino que también reduce los errores humanos, proporcionando un transporte más seguro y eficiente.
Ferrocarriles urbanos: Solución para ciudades y conexiones regionales
Dentro de las ciudades, los sistemas ferroviarios como el metro tienen una capacidad incomparable. Las grandes ciudades deben diseñar redes de líneas troncales para mover grandes volúmenes de personas, complementadas con líneas secundarias como tranvías o autobuses de tránsito rápido, creando un sistema integrado que facilite la movilidad urbana.
Para distancias más largas, los trenes interurbanos y de alta velocidad son ideales. Sin embargo, su implementación depende de las condiciones geográficas. Las líneas de alta velocidad requieren trazados rectos y grandes inversiones en puentes y túneles, lo que las hace más costosas. En terrenos difíciles, los trenes de velocidad media son una opción más viable.
*CEO de Deutsche Rail Operations