Este débil desempeño se explicó por el retroceso en la ingeniería civil (-3.1%), que fue el quinto mes consecutivo de ajuste. La edificación disminuyó -2.0%; finalmente, los trabajos especializados aumentaron 3.5% después de tres meses de retroceso.
Dicho comportamiento fue determinado por la fuerte contracción que experimentó la construcción de obras de ingeniería civil (-31.9%) y el retroceso de los trabajos especializados (-6.0%); en tanto la edificación fue la única con crecimiento a un ritmo anual de 6.3 por ciento.
Contrasta dicho desempeño con el crecimiento de 15.6% de todo el año 2023, ciclo alcista que fue impulsado por las obras de ingeniería civil que repuntaron 78.7% anual.
Analistas de Banorte opinan que hay motores que podrían ganar vigor conforme avance el año 2025. Por ejemplo, “anticipamos que el gasto gubernamental en los proyectos insignia avance con mayor ímpetu en la segunda mitad del año. También vemos menor incertidumbre y un ciclo acomodaticio de Banxico más avanzado, con lo cual la industria podrá ganar cierto impulso. Si bien es probable que se mantenga un desempeño heterogéneo, vemos potencial para la construcción y las manufacturas”.
Aunque la consolidación fiscal podría reducir el ritmo de inversión pública, proyectos clave como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el programa sexenal de vivienda, podrían aportar dinamismo al sector. Sin embargo, se podría evaluar la eficiencia en la ejecución de estos proyectos y su capacidad para generar un efecto multiplicador en otras áreas de la construcción.