|  

La inversión en el sector construcción mantuvo su pérdida de fuerza durante el segundo semestre de 2024, debido a que, en noviembre, por cuarto mes consecutivo, presentó una tasa de crecimiento negativa.

1 No me gusta1

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en noviembre de 2024 la inversión de las empresas del sector construcción presentó una contracción de -1.0% respecto a octubre, lo que en cifras desestacionalizadas significó una contracción de -6.1 por ciento.

 

Bajo el parámetro de cifras originales, la inversión en construcción registró en el penúltimo mes del 2024 una contracción a ritmo anual de -6.0 por ciento. Con este resultado, de enero a noviembre se acumuló un pobre crecimiento de apenas 2.9%, contrastando con el incremento de 22.3% que acumuló en 2023.

 

A lo largo del año 2024, principalmente en el segundo semestre, se observó una fuerte contracción de la inversión no residencial, aquella concentrada en la actividad pública en obras de infraestructura. Esta circunstancia fue determinada por el ciclo sexenal, donde las principales obras de infraestructura de la administración del presidente López Obrador prácticamente llegaron a su fin.

  

 

Reportó el INEGI que la inversión no residencial acumuló un crecimiento de 1.4% en los once primeros meses de 2024; en contraste la inversión residencial, principalmente la realizada por la iniciativa privada, presentó un repunte 4.9% de enero a noviembre.

 

Un análisis de Monex afirmó que “la construcción (-1.0% m/m) se mantuvo con una pronunciada debilidad por cuarto mes consecutivo, ante caídas generalizadas en el rubro residencial (-2.0%) y no residencial (-0.3% m/m)”. Agregaron que en “la construcción se presenta un claro deterioro, particularmente en la pública”.

 

Consideran en Banamex que “hacia adelante, proyectamos que la inversión seguirá desacelerándose. Esto debido a los efectos de las altas tasas de interés, la finalización de las obras insignia de la administración anterior, la incertidumbre en cuanto a la relación bilateral con EE.UU. y las modificaciones recientes al marco jurídico”.

Por su parte, en Banorte, sus analistas consideran que “persisten los esfuerzos de consolidación fiscal, además de anticipar ciertas rigideces en el gasto al tratarse del primer año de gobierno de una nueva administración. No obstante, el hecho que se dará cierta continuidad a ciertos proyectos prioritarios podría ayudar a limitar el impacto, aunque con sus efectos más evidentes en la segunda mitad del año”, puntualizaron.