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Un espacio donde el futuro y la tradición dialogan y redefinen el significado de la gastronomía en Quito.

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En el corazón de Quito, una nueva experiencia gastronómica ha tomado forma, fusionando arquitectura, arte culinario y un profundo respeto por la naturaleza: Foresta, un restaurante diseñado por el arquitecto ecuatoriano Felipe Escudero para el chef Rodrigo Pacheco.

Ubicado dentro del hotel Swissôtel Quito, Foresta se aleja de los códigos tradicionales del diseño naturalista para explorar una estética futurista que evoca formas orgánicas y fluidas.

No buscó Escudero replicar la naturaleza, sino interpretarla, creando un espacio donde la luz, los materiales y la disposición de los elementos transforman la experiencia culinaria en un acto inmersivo.

Con capacidad para 60 personas, el restaurante está organizado en torno a islas escultóricas esculpidas en piedra volcánica de Tungurahua, donde los chefs cocinan y emplatan frente a los comensales.

 

Su diseño no solo rompe la barrera entre cocina y sala, sino que convierte el acto de preparar los alimentos en un performance envolvente.

 

El techo, con formas dinámicas y un acabado reflectante, evoluciona con la luz del día, jugando con la percepción del espacio y recordando la cosmovisión andina, donde los árboles son el vínculo entre la tierra y los dioses.

 

Más que un restaurante, Escudero define a Foresta como un manifiesto arquitectónico y gastronómico, donde cada detalle ha sido concebido para conectar al ser humano con su entorno a través de los sentidos.