La mala situación de la industria inmobiliaria en China aún no para, pues los precios de la vivienda siguen cayendo. En 53 de las 70 mayores urbes del país el precio de la vivienda nueva ha caído, mientras que en 17 ha subido.
Según los datos de cierre del ejercicio 2022, en la vivienda de segunda mano la caída de los precios es aún superior, con 64 de las mayores 70 urbes registrando una caída de los precios en comparación con seis que registraron un alza.
En Pekín, los precios de la vivienda nueva han subido un 5.8% en el 2022, mientras que en el caso de las unidades de segunda mano el alza ha sido de 3.9 por ciento.
En Shanghái, los precios de la obra nueva se han encarecido un 4.1% en el mismo año, mientras que la vivienda de segunda mano ha aumentado un 2.6 por ciento.
Los especialistas recuerdan que aunque son incrementos de precios modestos, se sitúan por encima de la inflación, pues más allá de Pekín y Shanghái, los precios de obra nueva disminuyeron en otras grandes urbes del país.
Asimismo, mencionan que el mercado residencial chino lleva años corrigiendo una burbuja que amenaza con expandirse a otras actividades y sumir al país en una crisis económica.
