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Los centros públicos de investigación tienen en el nearshoring un gran aliado para acceder a recursos financieros y tecnológicos que les permitan desarrollar proyectos de más envergadura y propiciar el intercambio de investigadores altamente capacitados.

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En el contexto nearshoring, la situación geográfica de México reporta el mayor porcentaje en las ventajas competitivas, pero hay otros factores que contribuyen: La red de tratados de comercio, la mano de obra calificada, y la capacidad y calidad en investigación y desarrollo (I+D), entre otros aspectos.

El sistema de ciencia y tecnología y el ecosistema de innovación mexicanos, y dentro de éstos, los centros públicos de investigación, tienen en el nearshoring un gran aliado, ya que se tiene de ellos poca visión y han estado rezagados, mencionan especialistas en propiedad intelectual y protección de innovación.

 

La I+D y las estrategias empresariales de externalización conllevan a una relación de beneficios y oportunidades mutuas.

 

La colaboración entre los centros públicos de investigación y las empresas nearshore puede generar beneficios mutuos, mencionó Miguel Ángel Margáin en El Universal. Por un lado, las empresas extranjeras pueden aprovechar la experiencia y conocimientos de los centros.

Y por otro lado, dichos centros pueden acceder a recursos financieros y tecnológicos que les permitan avanzar en número y complejidad de investigaciones y desarrollar proyectos de más envergadura, y propiciar el intercambio de investigadores altamente capacitados.

Los resultados en I+D de centros como el CIMAV en Chihuahua, CIATEQ y CIDESI en Querétaro, CIATEC en León, CIATEJ en Guadalajara y COMIMSA en Saltillo, ilustran cómo la colaboración ha resultado en proyectos exitosos, y que el nearshoring potencializará.

 

 

Las empresas nearshore se nutren de la tecnología para obtener los insumos necesarios para los productos que localmente se manufacturan; los centros se benefician con la creación de laboratorios conjuntos de investigación, inversión en infraestructura e incluso licenciar derechos de propiedad intelectual.

México enfrenta desafíos en cuanto a la inversión en ciencia y tecnología. Según estadísticas del INEGI, el gasto en I+D representa solo 0.5%, muy por debajo del promedio de la OCDE, lo que dificulta el avance científico y tecnológico del país.