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La tecnología y la proximidad geográfica han facilitado que más mexicanos inviertan en bienes raíces en Estados Unidos.

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En los últimos 10 años, los mexicanos han emergido como uno de los principales inversionistas en el sector inmobiliario de Estados Unidos. Este avance ha sido constante, con un notable crecimiento en su participación.

 

Según datos de la Asociación Nacional de Realtors (NAR), los compradores mexicanos representaron el 11% del total de inversiones extranjeras en bienes raíces en 2023 y 2024, lo que supone un salto desde el 7% registrado en 2021. Este repunte los posiciona como el grupo latinoamericano más activo en el mercado inmobiliario estadunidense, superando a otros países como Colombia.

 

Detrás de este aumento existen varias razones. Uno de los factores clave ha sido el entorno económico en ambos países. En Estados Unidos, políticas como los recortes fiscales para inversiones inmobiliarias y una inflación controlada han creado un clima favorable para los inversionistas. Además, la expectativa de una reducción en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal ha alimentado el optimismo de los mexicanos para buscar oportunidades en este país.

Por otro lado, en México, la volatilidad del peso ha generado incertidumbre, motivando a muchos inversionistas a buscar destinos más seguros para su capital.

También, este cambio fue acelerado por la pandemia de Covid-19, que llevó a una reevaluación de las estrategias de inversión. Estados Unidos emergió como un destino atractivo gracias a su rápida recuperación económica y políticas que impulsaron sectores como el tecnológico y energético.

 

Además, la creciente demanda de propiedades en estados como Texas, California, Arizona, Illinois y Florida ha sido un imán para los inversionistas mexicanos, quienes han visto en estas regiones oportunidades de apreciación a largo plazo.

 

 

Cabe destacar que el interés de los mexicanos no se limita a un solo tipo de propiedad. Las viviendas multifamiliares, que generan ingresos por renta, y los centros logísticos e industriales, favorecidos por el auge del comercio electrónico, son segmentos en auge. Además, la cercanía cultural, la proximidad geográfica y los fuertes lazos comerciales entre ambos países hacen que Estados Unidos sea un destino natural para los inversionistas mexicanos.

“Históricamente, los mexicanos han tenido una gran afinidad con la inversión en bienes raíces. Este fenómeno, conocido como “la cultura del ladrillo”, se fundamenta en la convicción de que destinar el capital en el sector inmobiliario es uno de los instrumentos más estables. A lo largo del tiempo, esta preferencia ha evolucionado, adaptándose a las nuevas condiciones del mercado y a las herramientas tecnológicas disponibles”, afirma Mariza Alvarado, directora Comercial de México, América Central y Caribe de Dividenz, plataforma de inversiones inmobiliarias en Estados Unidos.

Debido a que la tecnología ha sido un factor crucial en esta tendencia, plataformas digitales como Dividenz han facilitado el acceso al mercado inmobiliario estadunidense, permitiendo que inversionistas medianos y pequeños participen en este sector de manera más sencilla, algo que antes estaba reservado solo para grandes capitales.

 

Este creciente interés en bienes raíces en Estados Unidos no parece detenerse. Con la estabilidad económica y las oportunidades que ofrece, es probable que los inversionistas mexicanos continúen desempeñando un papel clave en el mercado inmobiliario del país vecino, consolidando su influencia y aprovechando las ventajas de la cercanía y la familiaridad con el entorno estadunidense.