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Un buen administrador de condominios es mucho más que cobrar cuotas. Es quien asegura el bienestar de todos los vecinos y el cuidado del edificio.

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Para el buen funcionamiento de cualquier edificio o conjunto habitacional, el administrador de un condominio es una figura clave. Su rol va más allá de simplemente asegurar que las cuotas de mantenimiento se paguen a tiempo.

 

Este profesional es responsable de gestionar los aspectos financieros, operativos y administrativos del inmueble, garantizando un ambiente de calidad para todos los residentes.

 

Suele ser designado -el administrador- por la Asamblea General de Condóminos, siguiendo la Ley de Propiedad Condominal que rige en cada estado. Si el condominio cuenta con un consejo de administración, éste se encarga de seleccionar al administrador por un periodo estipulado en el reglamento interno. Además, en la actualidad, existen aplicaciones que facilitan la administración de condominios, ya que la tarea demanda no solo tiempo, sino también habilidades específicas.

“Administrar un lugar requiere de habilidades para planificar, organizar y aplicar los recursos financieros con los que funciona un condominio. Esto significa que hacen más que solo estar pendiente del pago de cuotas de mantenimiento, pues deben asegurarse del cumplimiento de normas, regulaciones y reglamento de condóminos que garantizan la calidad de vida de los habitantes”, señala Karla González Montoya, Marketing Manager B2C de Inmuebles24.

Características del administrador de condominios

Y para llevar a cabo esta labor, señaló que el administrador debe contar con un perfil que incluya varias habilidades importantes. Por ejemplo:

- Tiempo disponible para dedicarle a la administración del condominio.

- Conocimientos sólidos en finanzas y administración.

- Interés en el bienestar de la comunidad.

- Capacidad de negociación y resolución de problemas.

- Liderazgo y responsabilidad.

  

 

Funciones principales del administrador

El administrador tiene un amplio abanico de responsabilidades, que pueden agruparse en las siguientes áreas:

  1. Gestión financiera y administrativa: El administrador se encarga de manejar la contabilidad del condominio, presentar informes financieros a la Asamblea, cobrar cuotas y multas, emitir cartas de no adeudo, y elaborar presupuestos anuales, entre otras tareas relacionadas con la salud financiera del edificio.

 

  1. Atención a quejas y emergencias: Otro aspecto clave es la gestión de quejas y emergencias. Esto incluye implementar planes de seguridad, mediar en conflictos entre vecinos, y garantizar la seguridad tanto de los residentes como de los trabajadores.

 

  1. Supervisión de trabajadores: El administrador supervisa al personal que labora en el condominio, como jardineros, personal de limpieza o seguridad. Sus responsabilidades incluyen contratar y despedir personal, planificar jornadas laborales, supervisar tareas, y gestionar la afiliación de los trabajadores al Seguro Social.
  2. Mantenimiento y reparaciones: Es crucial que el administrador se encargue de que todas las áreas comunes del condominio estén en buenas condiciones, desde el mantenimiento de jardines y piscinas hasta la reparación de averías. También debe contratar servicios externos cuando sea necesario.
  3. Gestión de inquilinos: Además, el administrador organiza las asambleas de condóminos, informa sobre decisiones y acuerdos, asegura el cumplimiento del reglamento, y toma medidas en caso de que haya residentes que incumplan sus obligaciones, como no pagar las cuotas de mantenimiento.

 

Gracias al administrador de condominios, todo funciona de manera adecuada en un edificio o conjunto habitacional, desde las finanzas hasta la atención a los residentes. Su labor es vital para garantizar una convivencia armoniosa y mantener el valor del inmueble a lo largo del tiempo.