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Con la llegada de la temporada alta de mudanzas en Estados Unidos, muchas familias y personas están alistando cajas, limpiando rincones y haciendo espacio para nuevas experiencias.

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Aunque cambiar de hogar siempre ha sido visto como un proceso estresante, una reciente encuesta de Realtor.com muestra que también puede ser una etapa llena de entusiasmo, oportunidades y grandes decisiones de compra.

 

De acuerdo con el estudio, quienes se mudaron recientemente gastaron en promedio casi 17 mil dólares para acondicionar sus nuevos hogares. Este gasto sube a unos 20 mil dólares entre quienes utilizaron la plataforma Realtor.com para su proceso.

 

Pero a pesar del impacto económico, el 36% de los encuestados aseguró sentirse emocionado el mismo día de la mudanza, lo que demuestra que este momento también puede vivirse con alegría y optimismo.

De una casa a un hogar: Limpieza, conexión y confort

Uno de los primeros pasos para “hacer hogar” es la limpieza. Más allá de una necesidad básica, para muchas personas este acto representa una conexión emocional con el nuevo espacio. El 60% de quienes se mudan prefieren hacerlo por su cuenta, enfocándose en zonas clave como baños, encimeras y ventanas. Incluso, dos de cada tres personas probaron nuevos productos de limpieza, siendo los orgánicos y naturales los más populares.

 

 

La conectividad también se ha convertido en una prioridad. Ya sea por el trabajo remoto, clases en línea o el entretenimiento diario, más del 60% de los encuestados dijo haber instalado internet antes o el mismo día de la mudanza. Además, el uso de tecnología 5G va en aumento, presente ahora en el 35% de los hogares nuevos, frente al 27% anterior.

Cambios que van más allá del hogar

 

Mudarse también impulsa nuevas decisiones de consumo. Uno de cada tres encuestados realizó compras importantes durante el año previo a su mudanza, incluyendo la adquisición o renta de vehículos, muchos de ellos más grandes o con tecnología sustentable. Y no solo eso: Muchas personas aprovechan para contratar nuevos seguros o ampliar coberturas, especialmente ante riesgos como incendios o inundaciones.

 

En cuanto al perfil de quienes se mudan, los cambios de empleo, ascensos o el crecimiento familiar —como la llegada de un nuevo hijo— son los principales motivos. La mayoría se muda a una distancia de menos de 50 millas (80 km) de su antiguo hogar y prefiere viviendas unifamiliares existentes.

Además, factores como la seguridad del vecindario y la calidad del entorno se imponen incluso sobre las características de la casa. Hoy más que nunca, el lugar donde vivimos debe responder no solo a nuestras necesidades físicas, sino también emocionales y sociales.

Un momento de transición… y de posibilidades

Laura Eddy, vicepresidenta de investigación de Realtor.com, lo resume así: “Mudarse ya no es solo una interrupción en la rutina. Es un momento lleno de posibilidades, donde las personas están más abiertas a invertir, probar nuevos productos y adoptar cambios en su estilo de vida”.

 

En pocas palabras, mudarse es mucho más que cambiar de dirección. Es comenzar una nueva etapa con todo lo que ello implica: Inversión, adaptación, expectativas… y, sobre todo, ilusión.