El Caribe mexicano se perfila como el epicentro del crecimiento inmobiliario de lujo en América hacia 2030. En particular, se ha convertido en el destino con mayor proyección para el desarrollo de branded residences, un modelo que mezcla hospitalidad de alto nivel con propiedad privada.
¿Por qué el Caribe mexicano?
El auge de las branded residences en destinos como Cancún, Tulum o la Riviera Maya responde a varios factores:
- Ubicación estratégica: La cercanía con Estados Unidos facilita la llegada de inversionistas y turistas.
- Demanda internacional: Hay creciente interés de compradores de alto poder adquisitivo, especialmente de América del Norte y Sudamérica.
- Marca y prestigio: Contar con el respaldo de una firma hotelera eleva el valor de la propiedad hasta en un 60% frente a desarrollos sin marca.
- Estilo de vida: Lujo, comodidad y retorno financiero en un solo activo.
Luis Ruiz, socio de la firma Onirius Hospitality Advisors, lo resumiría así: México ofrece las condiciones ideales para el crecimiento sostenido de este modelo. Es un destino turístico consolidado, pero también una plataforma de inversión global.
Más que turismo: Inversión con visión global
Según datos de Onirius, México ya es uno de los cinco mercados líderes a nivel mundial en este segmento, con más de 50 proyectos en operación o desarrollo. Para 2030, se prevé que el país supere el 50% de crecimiento en este nicho, con el Caribe como el motor principal.
Este modelo representa una solución integral tanto para desarrolladores —que pueden acelerar preventas y elevar el ticket promedio— como para compradores, quienes obtienen un activo tangible con posibilidades de rentabilidad, plusvalía y servicio cinco estrellas.
Además, este crecimiento va de la mano con una tendencia mundial: Se estima que para 2027 la población global de personas con patrimonio ultra alto (UHNWI, por sus siglas en inglés) crecerá casi 30%, lo que amplía el mercado objetivo para este tipo de propiedades.
Un nuevo capítulo para la inversión inmobiliaria en México