México genera más de 120 mil toneladas de residuos sólidos al día, de los cuales menos del 10% se reciclan, de acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Esta cifra contrasta con países como Alemania o Japón, donde las tasas de reciclaje superan el 55 por ciento.
Frente a este panorama, cobra relevancia la adopción del modelo Zero Waste, que plantea eliminar los residuos enviados a vertederos mediante la economía circular.
Andrea Sordo, Project Manager Sr. y especialista en sustentabilidad de JLL México, explicó que la clave está en coordinar a todos los actores desde la etapa de planeación. “Si se integra correctamente, el Zero Waste no implica sobrecostos e incluso genera beneficios económicos a mediano plazo”, afirmó. Para lograrlo, destacó la importancia de homologar criterios, alinear a proveedores certificados y establecer programas de retorno de embalajes.
El modelo se inspira en principios de economía circular como el concepto “de la cuna a la cuna”, que busca mantener los materiales en uso el mayor tiempo posible. Esto supone tomar decisiones tempranas sobre qué insumos utilizar, cómo transportarlos, qué embalajes aceptar y cómo asegurar la trazabilidad de los residuos en obra.
Más allá del impacto ambiental, las acciones también generaron beneficios sociales. Papsa informó que en 2024 la compañía donó mobiliario a 113 organizaciones sin fines de lucro, equivalente a más de 240 mil dólares en especie.