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El sector de la vivienda en México consolidó en 2024 un papel más relevante dentro de la actividad económica nacional, al aportar 5.4% del Producto Interno Bruto (PIB) total, según la Cuenta Satélite de Vivienda de México (CSVM) presentada por el INEGI. El reporte muestra un desempeño superior al de la economía en general y confirma el peso de la vivienda como motor productivo y laboral del país.

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De acuerdo con la tendencia de largo plazo, cuando la economía nacional crece, el PIB de la vivienda lo hace a un mayor ritmo, pero también a la inversa, cuando el PIB nacional cae el de la vivienda lo hace en mayor proporción.

 

Según los resultados de la CSVM, el PIB del sector creció 3.1% anual en 2024 —en términos reales—, más del doble del avance de la economía nacional, que fue de 1.3 por ciento. En valores corrientes, la producción del sector alcanzó 1.69 billones de pesos, resultado de 84 actividades relacionadas con la construcción, servicios inmobiliarios, financieros y de seguros.

 

A pesar del repunte del sector, la clasificación funcional del sector vivienda indicó que la producción de unidades económicas se contrajo -12.0%, en contraste la autoproducción repuntó 5.6%, la autoconstrucción creció 10.6% y el financiamiento fue el más dinámico con un avance de 12.4 por ciento.

Un elemento destacado es que la autoproducción de vivienda —que incluye autoconstrucción, ampliación y mejoramiento, junto con la supervisión e inspección— concentró 55.6% del PIB del sector. Por tipo de producción, 59.4% correspondió a bienes y servicios generados para uso final propio, reflejando la fuerza de la construcción realizada por los propios hogares.

 

 

La información oficial muestra que la construcción residencial aportó 68% del PIB sectorial, seguida de los servicios inmobiliarios con 26.5% y los servicios financieros y de seguros con 4.1%, confirmando el peso dominante de la edificación en la actividad económica de la vivienda.

 

En cuanto a la oferta total de bienes y servicios vinculados con la vivienda, esta ascendió a 2.94 billones de pesos. Del total, 99.7% correspondió a producción nacional. El principal destino de esta oferta fue la inversión fija bruta, con 67.5%, mientras que el consumo final de los hogares representó 29.5 por ciento.

 

También el sector mostró un importante dinamismo laboral. En 2024 generó 2.25 millones de puestos de trabajo, equivalentes a 5.5% del total nacional. La mayor parte provino de la construcción (84.8%) y de los servicios inmobiliarios y de alquiler (10.6%). El empleo sectorial creció 2.7% frente a 2023, muy por encima del 0.5% registrado en el total del país.

 

Otro componente clave fue el alquiler imputado —el valor estimado de renta de las viviendas ocupadas por sus propietarios—, que alcanzó 1.88 billones de pesos, equivalente a 6.0% del PIB nacional y con un crecimiento real de 1.0% anual.

Al sumar este valor al del sector de la vivienda, el PIB ampliado del universo habitacional llegó a 3.58 billones de pesos, equivalente a 11.4% de la economía mexicana. Con ello, la vivienda reafirma su papel estructural en la actividad productiva, la inversión y el empleo del país.