En mercados urbanos con alta densidad y demanda habitacional, como la Ciudad de México, la inversión en vivienda mantiene un comportamiento sólido. Factores como ajustes fiscales, mayor disposición a negociar por parte de desarrolladores y una lectura más clara de las expectativas económicas para el año entrante influyen en el interés por este tipo de activos.
Especialistas de University Tower señalan que, además del componente financiero, la demanda estructural de vivienda en zonas bien conectadas sostiene el valor de los inmuebles, tanto para uso habitacional como para renta. En este sentido, los desarrollos verticales han ganado protagonismo como respuesta al crecimiento urbano, al concentrar vivienda, servicios y cercanía a centros de trabajo.
La verticalización se ha convertido en una tendencia dominante en ciudades como la capital del país, impulsada por la necesidad de optimizar el uso del suelo y mejorar la movilidad. Zonas con alta conectividad, infraestructura consolidada y acceso a servicios urbanos presentan un atractivo adicional para inversionistas que buscan estabilidad y crecimiento sostenido del valor de sus activos.
En este contexto, el sector inmobiliario continúa posicionándose como un refugio de valor frente a la incertidumbre, al combinar activos tangibles con demanda estructural. Para especialistas, invertir en vivienda bien ubicada al cierre o inicio de año no responde únicamente a una coyuntura temporal, sino a una estrategia patrimonial orientada a la estabilidad y al crecimiento de largo plazo.


