Agregó que los temores de los inversionistas parecen centrarse en tres áreas importantes.
"Creemos que los temores se centran en tres riesgos principales: subsidios reducidos y reorientación de fondos a trabajadores no afiliados; énfasis en el desarrollo urbano sustentable, lo cual podría dejar obsoletos los actuales bancos regionales rurales; incertidumbre sobre la SEDATU, un nuevo organismo de supervisión que podría aumentar la burocracia y dificultar la ejecución de las constructoras".
Consideran que la continuidad de las prioridades es importante y hay un fuerte énfasis en un periodo de transición para las constructoras de vivienda.