El concepto de Ciudades Inteligentes (Smart Cities) ha cautivado la agenda del desarrollo de las ciudades y comunidades con una visión hacia el futuro. Es importante reflexionar sobre qué significa para diferentes foros, personas y entidades el concepto de Smart Cities.
Para algunos, el concepto de Ciudades Inteligentes es solo un slogan para dar esperanza de solución a los complejos problemas que enfrentan ciudades modernas.
Las Ciudades Inteligentes (Smart Cities) involucran la participación activa de gobiernos, ciudadanos, visitantes y negocios, dentro de un ecosistema inteligente, colaborativo e interconectado con visión a largo plazo.
La meta que se persigue con las Ciudades Inteligentes es mejorar la calidad de vida de sus habitantes y visitantes; mejorar e impulsar la competitividad económica para atraer inversión, empleo y talento; mejorar la conciencia colectiva enfocada en la sustentabilidad de comunidades, barrios y ciudades; así como lograr una gestión más eficiente de los recursos en el sistema.
Modelo Conceptual
Para poder abonar sobre la discusión de Ciudades Inteligentes, consideramos un modelo conceptual donde se consideran los siguientes puntos:
- Objetivos Centrales.
- Uso de tecnología e infraestructura de transformación.
- Ejes rectores.
- Fuerzas de transformación social.
- Niveles de acción.
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Objetivos centrales
Las Ciudades Inteligentes buscan ubicar al ciudadano en el centro del modelo, donde se le dé la capacidad para una participación activa que permita que los habitantes se vuelvan co-creadores de éstas.
Los objetivos centrales son: una mejor calidad de vida, desarrollo económico y sustentabilidad.
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Uso de tecnología e infraestructura de transformación
Actualmente, la tendencia de los esfuerzos en soluciones en comunidades inteligentes, utiliza la información y el aprendizaje orgánico de las comunidades. Esto ha cambiado desde el momento que la explosión del uso de datos y soluciones digitales se disparó hace aproximadamente 15 años.
Es indudable que la transformación de las tecnologías de información, el uso de sensores, cámaras y la aplicación de datos de ciudades por medio del Internet de las cosas, así como las plataformas que le dan uso a las necesidades de los usuarios, están transformando muchos de los ámbitos de la vida cotidiana.
Hoy en día, podemos contar con elementos y datos que eran inaccesibles para la toma de decisiones y el futuro amplía las condiciones del uso de datos difíciles de imaginar.
Hay cuatro pilares primordiales en la tecnología para Ciudades Inteligentes:
Tecnología de comunicación y sensores.
Recolección de información de diversas fuentes y Big Data.
Bases de datos y capacidad de procesamiento para generar información analítica de la población y operación de servicios.
Tecnologías de Ciberseguridad.
Cada uno de ellos evoluciona rápidamente, haciendo la tecnología cada vez más económica, accesible y potente, permitiendo mejorar la experiencia de sus habitantes y usuarios, integrando las necesidades con los recursos disponibles y transformando la manera en la que se vive en las comunidades.
El uso adecuado de las tecnologías permite el “empoderamiento” de los habitantes con más y mejor información acerca de la ciudad, así como los bienes y servicios que se ofrecen. Esta mayor eficiencia tiene como efecto un mejor uso de los recursos, menor desperdicio, simplificación de procesos y transparencia en las acciones de todos los miembros de la sociedad.
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Ejes rectores
El siguiente elemento, se basa en considerar el desarrollo de las ciudades, ya que éstas tienen comportamientos regionales diferentes y, por lo tanto, se vuelve también un reto para las políticas públicas federales, estatales y municipales, ya que la toma de soluciones no es igual en todas las ciudades; ya sea por el clima, preferencias, madurez o vocación de la ciudad.
Dentro del modelo de desarrollo de ciudades, se consideran seis ejes rectores que las tecnologías y la visión sistémica de la agenda de Ciudades Inteligentes aprovecha y potencializa. Estas son:
- Desarrollo económico.
- Movilidad.
- Seguridad.
- Educación y desarrollo humano.
- Impacto ambiental.
- Calidad de vida.
Desarrollo económico. Las actividades económicas y el empleo propician necesidades de espacio para realizar las actividades comerciales, de servicios, educativas o de salud. Cada vez que generamos empleo, se crea un requerimiento de inmuebles, por lo que deberíamos estar preparándonos para atender dicha demanda. México requiere de opciones para generar e innovar, por lo que hay que considerar, dentro de la planeación regional, las necesidades reales por actividad industrial, con un enfoque de mercado, centrado en las necesidades de los individuos, sus usuarios o clientes.
Movilidad. Es uno de los mayores retos en las ciudades. El traslado entre lugares habitacionales y de trabajo, recreación, educación, etc., requieren de soluciones más eficientes. Las ciudades grandes y policéntricas generan retos de movilidad múltiple y complementaria. En las condiciones actuales, existen grandes oportunidades para hacer mucho más eficiente el sistema de transporte mediante conexiones y esquemas multimodales. La movilidad es necesaria, y a su vez, es un elemento que afecta de manera significativa el tiempo de los individuos, el consumo de combustible y la calidad de vida de los habitantes.
Seguridad. Además de afectar varios ámbitos, es uno de los mayores desafíos a los que las ciudades se enfrentan. La seguridad individual y familiar es fundamental para el desarrollo personal. La combinación entre los sistemas de vigilancia, procesos eficientes de control de puntos de riesgo, procesos analíticos de comportamientos de delincuentes y la coordinación de las personas responsables de la seguridad pública, son de los elementos más atractivos dentro de las propuestas para Ciudades Inteligentes. Existen claros ejemplos en algunas ciudades (europeas, principalmente) en donde el uso de tecnología, procesos y personal enfocado y capacitado, han mejorado sustancialmente la seguridad.
Educación y desarrollo humano. Uno de los motivadores más importantes en el origen y desarrollo de las ciudades a lo largo de la historia han sido la educación, la cultura y el intercambio de ideas. Además de ser un elemento que, como seres sociales, nos une; forma los bloques que construyen el conocimiento humano y la innovación. La agenda de las Ciudades Inteligentes reside fundamentalmente en combinar conocimientos, recursos, experiencias y generar un mejor entorno más inteligente.
Impacto ambiental. El proceso de transformación y subsistencia de las sociedades humanas consume recursos y esto tiene un impacto sobre el medio ambiente. El reto es cómo minimizarlo, reducir el desperdicio, usar los recursos más eficientemente y permitir una regeneración de espacios. Las nuevas tecnologías de transformación seguramente mejorarán el uso de recursos no renovables. Las Tecnologías de Información, comentadas anteriormente, acercarán a los usuarios con los proveedores; así el colectivo, la sociedad educada, será más consciente de su impacto y seguramente modificará algunos comportamientos. Esta es la agenda de las Ciudades Competitivas.
Calidad de vida. Finalmente, el concepto de calidad de vida tomará las ventajas de un mejor ambiente, menores tiempos de traslado, posibilidades de educación, desarrollo y un entorno seguro. Todo ello alineará los objetivos a mejores ciudades para el futuro.
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Fuerzas de transformación social
Los actores principales en el proceso de desarrollo de ciudades somos los seres humanos y las sociedades que las conformamos. Como comportamientos de transformación, las ciudades y comunidades inteligentes deberán fomentar el compromiso, la corresponsabilidad, ambientes de colaboración, inclusión y tolerancia, respeto a la ley y la transparencia, con el fin de dar claridad de las acciones de todos los elementos que son parte de la sociedad.
Si bien suena utópico, el desarrollo y transformación de las ciudades requiere de largos periodos de gestación, realización e impacto, convirtiéndose en un reto para el Estado, que va más allá de los programas de cada Gobierno. Por ello, hay que realizar prospectivas con visión de 10 a 15 años para realmente transformar las ciudades. Resulta fundamental contar con una o varias estrategias a largo plazo entre los actores públicos y privados.
Hoy partimos de realidades, donde las condiciones de las ciudades y de México, requieren acciones que tengan un impacto en el mejoramiento del parque habitacional existente y creación de un nuevo parque habitacional mejorado, donde el financiamiento eficiente será la clave.
El objetivo central de las familias es la prosperidad. Para ello, las ciudades tienen que ser competitivas y que impacten bajo un concepto de desarrollo regional aprovechando inteligentemente sus recursos.
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Niveles de Acción
Una pregunta fundamental que surge en el desarrollo de ciudades y su evolución hacia Ciudades Inteligentes y Competitivas, es por dónde empezar. Por lo tanto, es importante considerar:
Primero, es el desarrollo de la visión global y sistémica de largo plazo que se debe desplegar para cada ciudad, y cómo ésta debe ser consistente con su vocación y capacidad de transformación.
Segundo, tiene que considerarse un proceso de la visión hacia las realidades del día a día y buscar la consistencia entre lo general y lo particular en las etapas de evolución.
Tercero, las propuestas de desarrollo de comunidades inteligentes pueden abordarse de una manera gradual, por zonas y/o regiones. Considerando acciones que permitan transformar desarrollos inmobiliarios, comunidades urbanas, barrios y, finalmente, ciudades completas. Para lograrlo, se abordarían, por lo menos, en los siguientes tres niveles:
- Integración entre desarrollos inmobiliarios y comunidades para esquemas de reciclamiento y tratamiento de aguas, basura, rutas seguras.
- Soluciones entre las colonias, incorporando sustentabilidad, movilidad y seguridad.
- Soluciones de comunidades regional, trabajando para desarrollar Ciudades Inteligentes.
Por lo tanto, el sistema de desarrollo de ciudades y generación de riqueza, puede contemplar el diseño de polígonos de desarrollo concertado con ordenamiento y coordinación, donde tienen que participar la autoridad junto con los empresarios y la sociedad con planteamientos de largo plazo definidos y operados conjuntamente.
Como ejemplo, la introducción de elementos considerados en el modelo de Ciudades Inteligentes en las plazas más maduras del país, permitiría que se puedan conectar las comunidades, desarrollar transporte más eficiente, mejorar el trazo urbano para que vaya generando convivencia entre las colonias y servicios, para que finalmente se integren los sistemas y la suma de todo ello se constituyan en ciudades modernas y competitivas.
Con todos estos elementos, entonces ya podría pensarse en una agenda de Desarrollo y Prosperidad con visión 2030 que permita brindar una integración en las ciudades, de tal manera que éstas sean más inclusivas, sustentables e inteligentes. El estándar de vida mejoraría y los mexicanos tendríamos la oportunidad de vivir en ciudades prósperas y competitivas.
Texto Jorge Manuel Yarza, socio Deloitte Asesoría Financiera
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