Todos los que me conocen saben que uno de mis grandes amores es mi México lindo y querido, que muchas veces me cuesta trabajo convencer a algunos incrédulos de cosas que confirman lo grande y bendecido que el país es y que, aunque están a la vista de todos, parecieran ser trasparentes para algunos.
Hoy amanecí más mexicano que nunca y quisiera compartir con ustedes varios puntos de vista.
Respecto al retail, México ha crecido a pasos agigantados. Tal vez no lo hayamos notado tan dramáticamente, pero nacieron centros comerciales, entraron nuevas marcas, edificios, restaurantes, cines, concesionarios de coches, etc. Todos se establecieron como un goteo que, en los últimos años, aumentaron su velocidad de crecimiento… y si no me creen, analicemos nuestros hábitos de viajes.
Retail de todo el mundo
¿Cuántos de ustedes salían de vacaciones al exterior y siempre venían cargados de compras del extranjero, porque muchas de las cosas no las conseguían en México?
Aunque uno sigue dentro de las posibilidades dándose sus gustos de compras en el extranjero, son solo eso, gustos, ya que en México –y en especial la Ciudad de México– consigues de todo; y verdaderamente la diferencia en precios no amerita venir cargados de cosas que puedes conseguir sin mayor problema, además de probártelo con calma, que te las ajusten o cambiarlas y lo mejor a meses sin intereses.
Tengo por costumbre cada vez que veo a amigos y familiares que viven en el extranjero y vienen de visita a México, sobre todo a la capital del país, preguntarles cómo lo ven y todos coinciden en decirme que está cada día mejor, más entretenida, con mejores lugares. Entonces yo les pregunto, «Pero ¿qué ven?», y es cuando me sorprendo de cómo algo visto desde distintos ángulos puede ser tan diferente siendo lo mismo. Por eso me puse a recopilar algunos comentarios y experiencias que me reafirman que cada día quiero más a mi México lindo y querido.
De visita por la ciudad
Tengo amigos extranjeros y familiares que después de ir a Xochimilco, me dicen que no lo pueden creer, que hacía muchísimo tiempo que no la pasaban tan bien, que cantaron con mariachis, comieron antojitos, compraron artesanía y hasta prendas de plata y todo sin bajarse de su lancha (trajinera), que ha sido el día más divertido en años.
Pero luego hablo con amigos mexicanos y me comentan, que “cómo los llevaste a Xochimilco”, que todo es un problema, estacionar, la cantidad de gente etc. y es cuando les pregunto cuándo fue la última vez que fueron y para mi sorpresa muchos hablan de oídas, de lo que leen o ven en revistas; si estuvieran de visita en otro país seguro hubieran ido. Si no me creen, hagan su propio experimento, pregúntenle a sus amigos cuando fue la última vez que fueron a Xochimilco; tomamos este ejemplo, pero hay muchas otros sitios con el que pudieran hacer el experimento. Por eso digo que es un tema de actitud, pero sigamos tratando de enamorarlos más de mi México lindo y querido.
No sé si han ido últimamente a la Condesa y la Roma, traten de ver personas hablando español (mexicano, porque también hay infinidad de españoles) en las calles….sí, español (mexicano), la pandemia trajo muchas cosas malas, pero el cambio de hábitos en la manera de trabajar a distancia permite que puedan hacerlo desde cualquier parte del mundo.
En estas dos zonas de la ciudad se han venido a vivir una cantidad muy importante de extranjeros, provocando un alza en el costo de los alquileres, que los restaurantes sean visitados por más personas y no solo tengan el menú en varios idiomas, sino también con meseros bilingües. Si no me creen, salgan un día a cenar o comer por la zona y presten atención.
La misma situación se vive en Polanco con la cantidad de extranjeros que lo visitan o que ya viven allí, es impresionante. Puedes ir caminando a cualquiera de sus restaurantes –de los que ya perdí la cuenta cuando se acercaba a los 400, solo en esta zona–, todos con una calidad extraordinaria y ya no digamos de su servicio. ¿Qué y cómo lo quieres? Seguro que aunque no esté en el menú, harán lo imposible por complacerles; eso es algo que no se consigue en todos los países.
Mejor valorada por los extranjeros
Como anteriormente comenté, se me volvió costumbre preguntarle a mis visitas qué ven en la Ciudad de México. Me dicen que el problema es que los mexicanos no le damos la importancia que tiene, que estamos más pendientes de los demás y de las noticias, que del vivir la vida de la mejor manera; que en vez de preocuparnos, nos deberíamos ocupar; que cómo es posible que no entendamos el potencial que tiene el país, la CDMX y su Zona Metropolitana.
Es entonces cuando empiezan a darme información que te abren los ojos: Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, es la séptima mayor área metropolitana del mundo (otros listados la ubican en quinto lugar) y la segunda más extensa de América Latina (7 mil 954 kilómetros cuadrados), solo por debajo del Área Metropolitana Binacional de San Diego-Tijuana (12 mil 496 km2).
La Zona Metropolitana del Valle de México tiene aproximadamente 22 millones de habitantes, que muchos de los que vivimos en ella no dimensionamos lo que eso significa, pero para ponerlo en perspectiva, es igual a la población de dos Portugal, la mitad de España, un tercio de Italia. ¡¿Saben cuánto es eso?! Es muchísima gente; todos, clientes potenciales.
Cada día tengo la suerte de que me hagan ver lo grande que es México. Hace poco, me llamó un buen amigo, muy aficionado a la F1, para decirme que lo ayudara a conseguir boletos para el GP de México de este año porque ya estaban agotados. Él ha ido a muchos de los GP en distintos circuitos del mundo, pero nunca se le había podido hacer el poder asistir al de México y le pregunté –igual que a todos–: «¿Qué ves?» Y me dice: El GP de México fue considerado por la Fórmula 1 como el mejor evento de F1 y ha ganado cinco veces consecutivas el premio al MEJOR EVENTO de la F1.
Mi amigo me comentó que no se podía perder el de este año, por el buen papel que Checo estaba desempeñando, con altas probabilidades de ganar este GP. En ese entonces, yo ya tenía planeado ir, y ahora no solamente disfrutamos del evento juntos, sino que nos creó una expectativa tan grande que le envié mis mejores vibras a Checo y toda la ciudad retumbó por su éxito. ¡Fue todo un espectáculo!
Gran oferta gastronómica
Seguí haciendo mi recopilación de familiares y amigos que me han visitado y me acorde del último viaje uno de mis hermanos que vive fuera de México, que viaja con bastante frecuencia por gran parte del mundo, a veces por trabajo, otras por placer. La última vez que vino, trajo su lista de restaurantes y bares a los que deberíamos ir, igual le pregunté y me comentó: Sabías que hay tres restaurantes dentro los mejores del mundo, pero hay 19 dentro de los 100 mejores de América Latina,
pero esos son los premiados, yo lo llevé a algunos más modestos o menos famosos y nombrados donde sus desayunos, comidas, cenas o hasta los tacos de la calle son de otro mundo ¡No se lo cree! Me dice que cualquiera de estos lugares podrían ser súper famosos en cualquier parte del mundo. La combinación de sabores, los dulces –que también son salados y ácidos al mismo tiempo– son de otro mundo.
Con respecto a la comida y los bares, ¿sabían que hay 11 bares en México de la lista de los 50 mejores del mundo?
Sí, del mundo, y muchos de nosotros ni enterados. Sin embargo, en el mundo sí nos conocen y quieren venir a probar sus brebajes que, como viejos alquimistas, guardan en secreto. Hablando con varios de los bartenders, me dicen que hay muchos de sus compañeros que se los han llevado a otros países por su profesionalismo y conocimiento, así que hasta exportamos profesionales del ramo.
Ambientes increíbles
Últimamente me pasa igual que cuando te das un golpe en el pie, todo te cae, te toca o te vuelves a golpear en el mismo sitio, pues lo mismo me pasa con este tema, en cada momento, pregunta o comentario me llega otra historia que me hace estar más convencido que nunca de lo bonito que es vivir en México.
El otro día quería ir al cine que está cerca de mi casa, donde suelo ir por cercanía, comodidad y calidad, pero de pronto se me vino a la cabeza la idea de probar en algún otro lugar para comparar, ¿y cuál fue mi sorpresa? Que buscando en la cartelera, cerca de la casa hay más de ocho cines, solo si contamos los de una de las marcas, y tres más si consideramos a la otra.
Entonces me puse a navegar en sus páginas y me sorprendí con la variedad de tipos de salas –desde para niños con juegos dentro de la sala, pasando por 4D donde puedes oler, sentir las explosiones, salpicarte con agua en momentos de lluvia o tormentas de la película o salas normales con asientos muy cómodos, pasando por sus formatos Premium con butacas de piel italiana reclinables–, hasta he ido a una con cama, sí, así como lo leen, es una sala que tiene varias filas de butacas reclinables y una fila con una especie de chestlong.
Pero no solo es venir a ver la película, también en las salas normales pueden pedir para comer antes de entrar a la sala y disfrutarlo dentro o en todas las opciones Premium, que la ida al cine se convierta también en una excusa para ir a cenar con un menú bastante variado, sin que solo sean hot dog y palomitas, puedes hasta tomarte una copa para disfrutar la película, como si estuvieras en tu casa. Y se pone todavía mejor, sobre todo para los amantes de la música, ya que puedes asistir remotamente en las salas a la opera de NY en vivo cuando es la temporada en pantalla gigante con sonido envolvente, toda una experiencia.
Sabían que una de las compañías de cine mexicanas de las que estamos escribiendo es la segunda en tamaño de butacas en el mundo (aunque por su crecimiento a nivel nacional e internacional, quizá pronto se convierta en el primero) y yo no tenía idea. Mis familiares y amigos extranjeros, cuando vamos al cine, quedan maravillados por el servicio, la calidad, la comodidad y sobre todo el negocio que se crea alrededor “de solo ir al cine”. Me comentan que en sus países van cada vez menos porque no hay todo esto, las películas sí son las mismas, pero el ambiente alrededor, no.
Experiencias y shopping
Si de pasear se trata, de unos años para acá, los centros comerciales son la mejor opción, y no solo para comprar. Hoy hay de todo en estos lugares: tiendas, diversión, comida en restaurantes familiares o de manteles largos, spa, bancos, cines, casinos y paremos de contar para no hacer muy larga la lista. Además, te dan una sensación de estar en la calle, porque la mayoría son abiertos, aunque aun los que son cerrados tienen unas alturas que dan la sensación de estar a cielos abiertos. Cada vez se han ido nutriendo más de nuevas marcas y conceptos.
El Covid-19 hizo en México y el mundo pasar un trago amargo a más de uno, pero ya en su mayoría están con afluencias iguales o por arriba de los niveles prepandemia. El tema de la densidad de las tiendas que cerraron durante este bache tan doloroso está empezando a recuperarse, unos centros comerciales de mejor manera que otros, pero hoy pueden conseguir marcas de gran nivel o conceptos novedosos de tiendas, que hay ciudades importantes en el mundo que no las tienen.
Marcas internacionales
Y si seguimos por nuestro viaje de argumentos, ya no hablemos de coches. En México encontramos más de 57 marcas con presencia
y representación, pero podemos conseguir más –e incluso en ediciones especiales– que en muchos países, solo dependerá de tu gusto y tamaño de la cartera. Pero ya si tus sueños son de mayor gama igual que tus ingresos, siempre puedes pedir las marcas de hiperdeportivos como Pagani, Koenigsegg o Bugatti que, aunque no operan oficialmente en el país, están en capacidad de traerlos y a veces nos los topamos por las calles de la zona metropolitana; donde yo los he visto con mayor frecuencia son los domingoses en Paseo de la Reforma.
Pero si leemos un poco de la industria automotriz en México nos daremos cuenta de que es el séptimo país en fabricación de autos en el mundo, el sexto en unidades exportadas, y hay plantas en 15 estados de la Republica.
Por donde nos metamos hay cosas para estar orgullosos de mi México lindo y querido. También he hecho esa pregunta a mis familiares y amigos: «¿Por qué creen que hay algunos pesimistas, teniendo tanta abundancia?» La mayoría me comentan que es un problema de actitud, que si creemos que en otros países no hay problemas, estamos equivocados, también los hay y de todo tipo (políticos, económicos, de salud etc.). Me dicen que muchas veces en México estamos más tiempo pensando la excusa, que trabajando para corregir el problema, que lo que debemos es trabajar en nuestra actitud hacia la vida, ¡ser más positivos! Muchos me comentan, con toda razón, que cómo es posible que con la alegría que tiene el mexicano, siempre estemos preocupados y cabizbajos en vez de ocupados y disfrutando de los paisajes, actividades, restaurantes y sobre todo de la vida.
Pero es tan fácil y a la vez tan difícil arreglar esta percepción, y les pongo un ejemplo: El mexicano, cuando sale a otros países, no bota papeles al suelo, pasa por el paso peatonal cuando corresponde, no comete infracciones de tránsito. Se sabe que hay mexicanos presentes en los restaurantes por el alboroto y alegría que se oye en esa mesa. E incluso, va a sitios de los que se asombra, cuando los que hay en México son superiores en potencia visual, entretenimiento, servicio etc., todo el secreto estará en pasar ese interruptor de cambio de actitud y que se comporten de la misma forma que lo hacen afuera… para eso solo se tienen que enamorar más de México.
Pasemos el interruptor de la actitud positiva, veamos todo lo bueno que tiene México, que también hay cosas no tan buenas, sí, pero eso también pasa en todas partes del mundo, fijémonos más en las buenas.
¡Qué viva mi México lindo y querido y que cada vez tenga más enamorados! Ya me contarán…
Texto:Pedro Costales
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