De acuerdo con información del Banco de México (Banxico), durante agosto el saldo de la cartera a la vivienda creció 3.6% en términos reales en su comparativo anual, desde el 3.1% del mes previo, además de que contrastó con la contracción de -8.6% real anual de la cartera vigente de la banca al sector privado.
Dicho desempeño estuvo determinado por el incremento de 5.0% real anual del crédito a la vivienda residencial, pero en contraste con una contracción de -17.4% del financiamiento a la vivienda de interés social.
Un análisis de Intercam indica que “los créditos residenciales subieron +10.8% (nominales) debido al bajo costo de las hipotecas y al continuo desarrollo inmobiliario, así como el fácil acceso de financiamiento”.
Asimismo, consideran que secuencialmente, las viviendas siguen subiendo y esto no cambiará en los próximos meses. “La tendencia se va a normalizar conforme las tasas de referencia aumenten y las bases comparables se tornen más difíciles de superar. De igual manera, el precio de los materiales necesarios para la construcción y renovación han aumentado significativamente, lo que impactará el precio de la vivienda, requiriendo créditos más grandes y, por tanto, menos accesibles y rentables”.
Agregaron que los créditos a la vivienda representan el 22.4% de la cartera vigente y continúa siendo el único segmento con desempeño resiliente.
En opinión de analistas de Banorte, el crédito a “la vivienda probablemente seguirá siendo la más estable, aunque no descartando efectos de algunos de los cambios estructurales en cuanto al trabajo remoto detonados por la pandemia”.
Sobre el crédito de la banca todo el sector privado, consideran que mantendrá “una tendencia al alza en lo que queda del año y muy probablemente también en 2022. Si bien esto responde en buena medida a un efecto aritmético más favorable –considerando la desaceleración en 2S20–, el desempeño ultimadamente dependerá de la tendencia de recuperación de la actividad económica”.