Luego de que los edificios más altos del mundo en ese entonces (2001), las torres del World Trade Center, ambas de 110 pisos ubicadas en el bajo Manhattan, Nueva York, se vinieran abajo tras ser impactadas por dos aviones de pasajeros Boeing 767 secuestrados por miembros de Al-Qaeda, las personas comenzaron a cuestionarse sobre la verdadera seguridad y fiabilidad de los rascacielos súper altos.
Las ‘Torres Gemelas’ ─de 417 y 415 metros─ de altura fueron obra de Minory Yamasaki, arquitecto estadounidense, y formaron parte del skyline de Manhattan desde 1973 y hasta 2001. El grado de los daños alcanzó a la torre vecina 7 del World Trade Center y dañó numerosos edificios circundantes. Un tercer avión golpeó el Pentágono, que sufrió daños parciales en una parte de la construcción.
Minutos después del ataque, Rudy Giuliani, alcalde de Nueva York, dijo públicamente: “Vamos a reconstruir y seremos más fuertes que antes”.
Fueron cinco las firmas de arquitectura invitadas a competir para el Plan Maestro que rediseñaría el sitio: Foster + Partners, Studio Libeskind, Skidmore, Owings & Merrill (SOM), Peterson Littenber y United Architects. Además de dos equipos diferentes conformados: El primero por, Peter Eisenman, Richard Meier, Charles Gwathmey y Steven Holl; el segundo por, Shigeru Ban, Frederic Schwartz, Ken Smith y Rafael Viñoly.
En 2003 se dio a conocer al ganador: El estudio de arquitectura dirigido por Daniel Libeskind. Su propuesta ganadora, el Memory Foundations, incluía un monumento en el sitio de las torres originales con cinco rascacielos colocados en semicírculo alrededor de éste.
Si bien el Plan Maestro se fue ajustando con los años, al final se optó por levantar esos cinco rascacielos con un monumento, un centro de transporte y un centro de artes escénicas. Los arquitectos seleccionados: SOM, Richard Rogers, Norman Foster y Fimihiko Maki, por mencionar a algunos.
En el décimo aniversario de la caída de las Torres Gemelas se inauguró el Monumento Nacional del 11 de Septiembre, de Michael Arad y Peter Walker. Debajo de éste, Snøhetta y Davis Brody Bond diseñaron un museo subterráneo que alberga 14 mil artefactos y 40 mil imágenes del ataque.
Dos años más tarde, Fimihiko Maki completó el 4 World Trade Center, de 298 metros de altura.
En 2014, finalmente se inauguró la pieza central de la remodelación: el One World Trade Center. El rascacielos fue diseñado por SOM y es oficialmente el más alto del hemisferio occidental con 541 metros de altura. Su fecha de apertura estuvo relacionada con la conmemoración de la independencia de Estados Unidos. A la fecha, es el sexto edificio más alto del mundo.
Finalmente, en 2018 se completó el World Trade Center (80 pisos) de Rogers Stirk Harbour + Partners. Si bien éste ha sido el último en ser construido, se planean dos edificios más: El 2 World Trade Center (403 m) de Foster + Partners, y el 5 World Trade Center (270 m) de Kohn Pedersen Fox.
La era de los rascacielos, el final que no llegó
Como dato adicional, el informe ‘The Global Impacto f 9/11 on Tall Buildings’, elaborado por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH), reveló que el 84% de los rascacielos de más de 200 metros de todo el mundo fueron construidos en los últimos 20 años.
Lo anterior, forma parte de la investigación sobre el impacto que tuvo el ataque del 9/11 en el diseño de rascacielos.
El CTBUH indica: “Inmediatamente después de los terribles eventos del 11 de septiembre, la era del rascacielos parecía haber llegado a su fin […] Sin embargo, dos décadas después, el estudio de datos indica exactamente lo contrario, con más de cinco veces más edificios altos construidos desde entonces de los que existían antes”.
Si el World Trade Center todavía estuviera en pie, éste sería el edificio en la posición 31 de los más altos del mundo actual. Los primeros tres lugares los ocupan el Burj Khalifa (828 m), la Torre de Shanghai (632 m) y la KXJB-TV Tower (627 m).
Con información de Dezeen, 911 Memorial, Council on Tall Buildings and Urban Habitat.