Estas regiones conformarían un bloque económico y logístico, ya que cuentan con los dos puertos más importantes de México, el de Lázaro Cárdenas, Michoacán, y el de Manzanillo, Colima, que en conjunto movilizan más del 20% de carga del sistema portuario nacional. La propuesta también tiene que ver con un escenario de debilidad económica en el país, la disminución de recursos federales, falta de grandes proyectos para algunas zonas y el anuncio de cancelación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE).
La Alianza Centro-Bajío-Occidente (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí) avanza a grandes pasos, mientras en el Pacífico, Michoacán, Guerrero y Colima trabajan para potenciar su desarrollo económico y convertirse en la región con la mejor plataforma logística del país.
Silvano Aureoles Conejo, Gobernador de Michoacán, mencionó que se trabajará en efectuar un marco de mejora regulatoria que ayudará a las empresas y aduanas ubicadas en la costa de las entidades involucradas; se planea desarrollar infraestructura terrestre -carreteras y vías férreas; se optimizarán los esquemas de incentivos fiscales; y se buscará dar mayor impulso a los puertos de San Blas, Acapulco y La Unión.
Si los puertos están conectados vía terrestre y cuentan con esquemas fiscales y comerciales llegarían capitales nacionales y extranjeros; asimismo, se efectuarían más acuerdos con el mercado asiático, que es con el que hay mayor participación y conectividad, dijo Aureoles Conejo.
Añadió que en el proyecto de Guerrero implementaría un paquete de incentivos fiscales y administrativos; promovería la creación de empresas locales; incluiría un mínimo de tres salarios de sueldo para los trabajadores; detonaría un polo de progreso económico, cultural y turístico; y crearía un corredor regional industrial que una al Pacífico con el Bajío y la zona centro del país.