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De acuerdo con la Encuesta Mensual de Empresas Comerciales (EMEC), considerando cifras ajustadas por estacionalidad, las ventas minoristas de marzo registraron un retroceso de 0.2% mensual respecto a febrero.

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Durante cuatro de los últimos cinco meses se observan contracciones mensuales, siendo una señal de la pérdida de dinamismo del consumo interno.

Banco Base indicó que “el comercio minorista en México muestra una caída acumulada de 0.03% en los tres primeros meses del 2024, de acuerdo con cifras ajustadas por estacionalidad. Esto representa un deterioro en comparación con el crecimiento acumulado de 7.30% y 5.28% registrado en el mismo periodo de 2022 y 2023”.

 

El reporte que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con cifras originales, presentó en marzo una contracción de 1.7% con respecto al mismo mes del año previo.

 

Analistas de Monex opinaron que “los débiles datos de las ventas minoristas reflejan señales de enfriamiento en el consumo, lo cual sugiere que el crecimiento de la economía hacia el 2T24 podría desacelerarse más de lo previsto. En nuestra perspectiva de corto plazo, los resultados de hoy dejan un sentimiento mixto; sin embargo, esperamos que la tendencia observada en el comunicado de hoy se ajuste gradualmente. Hacia adelante, podríamos observar un mejor desempeño aunado al evento coyuntural del Hot Sale, así como una mayor fortaleza en el consumo rumbo al final de las elecciones electorales”.

 

Los analistas de Banco Base opinan que “el comercio al por menor en México pudiera crecer alrededor de 2.5% este año. Cabe mencionar que al comercio al por menor podría ayudarle 1) el mayor poder adquisitivo de las remesas si el peso se deprecia durante la segunda mitad del año y si la inflación se desacelera, así como 2) una menor tasa de interés, si el Banco de México continúa con los recortes”.

 

Por su parte, en BX+ consideran que es “posible algo de estabilidad en el futuro muy inmediato. Para el 2T, el consumo privado podría dejar de debilitarse, ayudado por el crecimiento en el empleo y los salarios, así como por la posibilidad de que se adelante la entrega de algunos programas sociales, como se ha observado en otros años electorales. Para el segundo semestre, el efecto del adelanto de programas sociales puede revertirse. Además, si la actividad económica en general se desacelera, ello restaría vigor al empleo y la confianza. Así mismo, aunque prevemos que bajen algo, la inflación y las tasas de interés continuarán algo elevadas, limitando el poder adquisitivo de los hogares y el acceso al crédito, respectivamente.