Aunque la inversión en infraestructura continúa débil, las expectativas para el segundo semestre son más optimistas, con proyectos clave en transporte, obras hidráulicas y eventos internacionales que podrían revertir la tendencia negativa en el gasto no residencial.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indicaron que durante mayo el gasto en construcción residencial repuntó 7.8% respecto a abril, considerando cifras ajustadas por estacionalidad, para ser el mayor repunte desde octubre de 2023.
En contraste, la inversión no residencial mantuvo su ritmo negativo de crecimiento y se contrajo -4.4% mensual en el cuarto mes del año 2025. A pesar de los proyectos de infraestructura de ferrocarriles, puertos y carreteras, prevalece una tendencia descendente en la inversión en infraestructura.
La inversión residencial, que depende en gran medida de inversión privada, sigue impulsada tanto por la edificación no residencial como la residencial que se verá impulsada con el programa sexenal de vivienda del gobierno federal.
Por su parte, un análisis de Banorte señaló que “creemos que terminará con su racha negativa, apoyada principalmente por los proyectos de infraestructura gubernamental. Sobre el último punto, CEMEX apuntó en su último reporte trimestral que su escenario base contempla mayor dinamismo para la construcción en la segunda mitad del año”. El director general, Jaime Muguiro, señaló que tiene “…bastante confianza en este crecimiento secuencial implícito para México. Estamos hablando con clientes y nos dicen que sí ven que el gobierno avanza con su programa de vivienda social.”