Los proyectos de infraestructura en México, desde carreteras y hospitales hasta complejos inmobiliarios, suelen enfrentar sobrecostos y retrasos derivados de errores de diseño o coordinación. Estos problemas, que representan pérdidas millonarias para empresas y gobiernos, hoy tienen una vía de solución: El uso de plataformas digitales colaborativas.
“Los proyectos no fracasan por falta de presupuesto, sino porque la información no se comparte de manera adecuada. Cuando cada equipo trabaja con versiones distintas de un plano, los errores son inevitables”, explica Eduardo Orozco, director regional de negocios de Trimble para México, Centroamérica y el Caribe.
Desde 2024, el gobierno federal estableció el uso obligatorio de BIM en la obra pública, una medida que busca estandarizar procesos y garantizar mejores resultados en infraestructura. Sin embargo, el sector privado todavía avanza con cautela. La resistencia cultural y el miedo a una implementación fallida siguen siendo barreras para muchas compañías.
A nivel global, la situación no es muy distinta. De acuerdo con el estudio Emerging Trends in Infrastructure and Transport 2025 de KPMG, menos de la mitad de las empresas de construcción en el mundo utilizan plataformas digitales como BIM o sistemas de gestión de proyectos (PMIS), a pesar de que estas tecnologías son clave para enfrentar la creciente complejidad de la infraestructura actual.
“Los datos demuestran que una decisión bien informada desde la etapa de diseño genera valor a lo largo de toda la obra. La digitalización no es un lujo, es la única forma de construir con precisión y rentabilidad”, concluye Orozco.