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Por ejemplo, se destaca el caso de algunas agencias de automóviles, que están reduciendo el espacio que utilizan para servicios y cambiando hacia una modalidad de tipo showroom.

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Debido al aislamiento preventivo que se vive a nivel mundial por la pandemia por COVID-19, se ha registrado un crecimiento exponencial de las compras por internet.

Ante ello, las grandes cadenas de retail han trabajado a marchas forzadas para satisfacer la demanda de productos entregados directamente en puerta a consumidores, Por ese motivo, la búsqueda de espacios de almacenamiento al interior de la Ciudad de México se ha incrementado.

Aunque los grandes almacenes y centros de transferencia se ubican normalmente en la periferia de la ciudad, como en el caso de los almacenes de última milla, ahora, el valor estratégico y comercial radica en su cercanía con los centros de consumo.

Con lo anterior, se busca un desplazamiento de los productos a través de camionetas tipo van o camiones más pequeños y motocicletas, y ante ello, “el edificio no tiene que ser muy alto porque no es un lugar donde vas a almacenar la mercancía por largos períodos de tiempo; lo que buscas es hacer transferencias rápidas desde tu centro de distribución maestro, en lo que se hace la selección de rutas ya pueda salir un transporte a entregarlo, todo esto en un máximo de 24 horas”, destaca Francisco Muñoz, Senior VP Logistics de CBRE.

Reconversión ante saturación

Uno de los grandes retos que enfrenta el establecimiento de centros de última milla es la falta de espacio disponible al interior de la Ciudad de México, debido a la escasez de terrenos, por lo que la reconversión de espacios es una solución a esta problemática.

Ahora, agregó Muñoz, las búsquedas van hacia el interior de la ciudad, intentando encontrar propiedades de un tamaño adecuado, por lo menos de 8 mil a 10 mil m2, cercanas a una arteria o vía principal de las que cruzan la ciudad, como Periférico, Viaducto y Circuito Interior.

Por ello, los desarrolladores han recurrido al cambio de uso de suelo y a la reconversión de inmuebles y terrenos para adaptarlos como centros logísticos.

“Estamos viendo que terrenos con vocación habitacional dentro de la ciudad, ante la baja en la construcción y las restricciones que se impusieron para construir departamentos dentro de la ciudad, son propicios para hacer un cambio de uso de suelo y aprovecharlos como centros de última milla”, comenta Muñoz.

Asimismo, espacios como fábricas industriales que se encuentran aún en el interior de la ciudad han sido reconvertidas en centros logísticos, y señala el caso de ciertos centros comerciales, que ante la evolución hacia el comercio electrónico podrán aprovechar espacios vacíos para el almacenaje.

Por ejemplo, se destaca el caso de algunas agencias de automóviles, que están reduciendo el espacio que utilizan para servicios y cambiando hacia una modalidad de tipo showroom.

Sobre el futuro del consumo, el especialista de CBRE vaticinó que habrá de ahora en adelante un modelo híbrido: “La gente ya entendió que puede hacer todas sus compras en línea, sólo tiene que ir a recoger sus productos, pero también a la gente le gusta ir a ver lo que compra, vas a seguir teniendo tiendas físicas”.