El director general adjunto de Fibra Uno (FUNO), Gonzalo Robina, descartó entrar al negocio de arrendamiento de inmuebles destinados a la actividad agroindustrial o servicios relacionados por los riesgos asociados a la plusvalía y cambio climático.
“Preferimos mantenernos alejados del segmento agroindustrial, a lo mejor algún día podemos entrar, pero hoy estamos enfocados 100% al tema inmobiliario tradicional. Entonces definitivamente es un sector que no veo que estemos participando en el corto o mediano plazos”, aseguró en una reciente conferencia.
Explicó que el tema agroindustrial representa tierra que difícilmente se va a apreciar, ya que normalmente es tierra agrícola que puede estar en localidades de Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, en donde sobran son hectáreas.
“La apreciación en el mundo de bienes raíces no estaría porque estaríamos yendo exclusivamente por una renta que el día que lo deja la gente ¿qué haces con él? Por otro lado, también está (la tierra) demasiada expuesta a temas climáticos”, comentó.
Funo, es el primer fideicomiso de inversión en bienes raíces que surgió en marzo del 2011. Actualmente cuenta con cerca de 10.8 millones de metros cuadrados de área rentable distribuidos en 661 propiedades, tales como centros comerciales, naves y bodegas industriales, edificios de oficina.
En su portafolio también cuentan con componentes como hospitales, instituciones educativas y funerarias, un segmento en el que este año incursionaron cuando adquirió a Grupo Gayosso una cartera de 18 propiedades en la Ciudad de México, en las que invirtió 2,192 millones de pesos.
Tras la crisis sanitaria y ante la insuficiente infraestructura de salud en México, Fibra Uno le apostará a este sector inmobiliario, por lo que ha emprendido un plan para transformar ciertos edificios de oficinas en hospitales.
Actualmente tiene en marcha cuatro desarrollos de este tipo, ubicados principalmente en la Ciudad de México y la Zona Metropolitana.
Hoy, FUNO tiene un solo hospital en su portafolio, ubicado en la ciudad de Guadalajara.
También planea reconvertir en vivienda otros cuatro edificios que funcionaban como oficinas.
A través de su reciente informe financiero, el fideicomiso reveló que el segmento de oficinas bajó su ocupación en 720 puntos base entre abril a junio pasados, siendo el más impactado; después estuvo el segmento comercial con -170 puntos base y el industrial se redujo 90 puntos base.
La baja en ocupación, argumentó, se debe principalmente a los efectos de la pandemia COVID-19 y a la inclusión de nuevos metros cuadrados de propiedades “In Service” que se encontraban en operación el año pasado, pero que aún no terminan su periodo de estabilización.