Según el Atlas de Complejidad Económica que realizó la Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT), México actualmente es la 18ª economía con el mayor grado de complejidad económica en el mundo.
Lo anterior significa que dentro de su dinámica económica, posee más cadenas de valor de las que corresponderían a su nivel de ingreso; es decir, en México se producen bienes y servicios de enorme diversidad, lo que impacta el tipo de bienes raíces necesarios para atender a cada una de estas cadenas de valor.
Además, su robusta red logística ofrece 117 puertos marítimos, 64 aeropuertos internacionales, 27 mil km de vías férreas y 172 mil km de carreteras, con costos de carga por metro cúbico mucho más competitivos, si se les compara con China, según el Global Value Chains Disruptions.
“Lo anterior influye en el comportamiento de los bienes raíces industriales destinados al comercio exterior del país, impactando en los edificios de manufactura que atienden las actividades dedicadas a la exportación y el flujo de importaciones que influye en la demanda, de otro segmento, que son los edificios logísticos”, destaca el análisis “El impacto del nearshoring: México y Asia” de la firma Cushman & Wakefield.
Cambios y zonas
Debido al Covid-19, el cambio en las estructuras de costos por salarios y transporte están promoviendo una reubicación de empresas. Muchas empresas manufactureras buscan ahora estar más cerca de los centros de consumo.
Ante ello, la ubicación de México le da esa ventaja estratégica sobre muchos otros países ya que tenemos de vecino a uno de los mayores consumidores del mundo.
Esta tendencia al nearshoring representa una oportunidad para México y se espera que permee hacia un mayor número de zonas del país, más allá del norte y bajío-occidente, donde actualmente está más concentrada.
Con los incentivos correctos, muchas empresas asiáticas y americanas podrían aprovechar la integración de México al T-MEC, lo que generaría inversión y se podría reducir el significativo déficit comercial de México con Asia.
Numeralia destacada
Por otro lado, México es uno de los principales países exportadores del mundo. El volumen de sus exportaciones alcanzó 417, 670 millones de dólares en 2020, desde los 518,000 millones de dólares de 2019, por la pandemia de Covid-19, pero el dato relevante es que la tasa de crecimiento anual había sido de 4.5%.
Otro factor que genera expectativas hacia el nearshoring es el conflicto comercial entre las superpotencias económicas, Estados Unidos y China –que comenzó en 2018 y representa unos 500 mil millones de dólares (mdd) anuales en aranceles recíprocos.
Este conflicto es un motor de aceleración del comercio exterior mexicano. Algunas compañías que ya habían detectado alzas de costos han buscado diversificar su posición en China y encontrar nuevas ubicaciones para producir.
Finalmente, entre su top 5 de atracción, está su mano de obra calificada y menores costos; mayor productividad; sus acuerdos comerciales; sus costos logísticos reducidos; y finalmente, su sector industrial diversificado y desarrollado.
“Podemos ver que México ha aumentado constantemente su participación en el mercado y se está convirtiendo rápidamente en el socio estratégico para la manufactura y logística de empresas tanto americanas como asiáticas. Esto en parte se debe a los costos, la ubicación geográfica y el rol del TMEC, factores que favorecen el nearshoring”, destaca el análisis realizado por Cushman & Wakefield.