Entre las diversas repercusiones que se siguen presentando en el sector inmobiliario en México, como consecuencia de la crisis sanitaria, está la constante migración de las personas de un estado a otro.
A pesar de que se dieron de manera paulatina estos cambios, actualmente es difícil ignorar el hecho de que alrededor de 1.6 millones de personas emigraron de la Ciudad de México (CDMX), del 2000 al 2020 en búsqueda de una vivienda más barata.
De acuerdo con el 'Reporte de bienes raíces en México 2022' de Lamudi, el aumento que experimentaron algunos estados en cuanto a la demanda residencial, al menos a nivel digital, indica que la población flotante ha disminuido su intención de rentar o comprar una vivienda en esta ciudad.
El estado de Querétaro se ubica en primer lugar con una variación de crecimiento en la demanda durante este año de hasta 112%, seguido por Quintana Roo, con el 91%.
Después viene un descenso con el tercer sitio con Hidalgo, con el 57%; a continuación aparece Yucatán, con el 53% y Nuevo León, con el 48%. El Estado de México (18%) se ubica en la posición 22, por debajo de la media nacional, con el 30.2%, y la Ciudad de México hasta el lugar 28 (13%).
Para Daniel Narváez, VP de Marca y Comunicación de la firma, “el valor de las viviendas ha sido un factor importante para este fenómeno migratorio. El valor por unidad tuvo un incremento promedio anual del 13.1% por encima de la inflación y el precio del suelo”.
Las personas que se encontraban en proceso de búsqueda de una propiedad han retrasado su decisión de compra o renta al no encontrar alternativas asequibles para residir de forma permanente en la CDMX. Esto presenta una interesante oportunidad para estados aledaños o con un importante desarrollo inmobiliario en los últimos años.