Como otros países de Latinoamérica, Chile ha vivido altibajos en el retail. Los especialistas sostienen que primero fue la destrucción que dejó la crisis social en el comercio, después los cierres de tiendas, incluso el alza desmedida del consumo impulsada por las ayudas estatales y los retiros de las asociaciones de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Lo anterior, aunado a la automatización y digitalización de las ventas por la pandemia del covid, se combinó con los problemas en la cadena de suministros, a esto, se suman hoy los altos niveles de inflación y tasas de interés en el país, el creciente desempleo y un contexto económico incierto que afectan al retail en Chile, que aún tiene inmuebles comerciales por abrir.
Datos del Banco Central de Chile, el índice de ventas diarias del comercio minorista disminuyó 7.32% en abril respecto al mismo mes del 2022, y con esto las ventas retail anotaron 10 meses consecutivos de caídas. Además, la Cámara Nacional de Comercio (CNC) del país refiere que las ventas del comercio electrónico cayeron 33% durante el primer trimestre de este año (1T23).
Los grandes retailers coinciden en que el consumidor cambió sus hábitos de compra, restringiendo el consumo hacia lo esencial y cuidando cada peso. Las liquidaciones y ofertas generosas ya no movilizan el consumo como lo hacían hace un año atrás, pero en un negocio de costos fijos altos y márgenes estrechos, mantener volúmenes de venta suficientes es esencial, y parece que no se está logrando.
Los retailers optan por bajar las importaciones de nuevos productos: el índice de volumen de importaciones del retail cayó 41% en el 1T23 en comparación con el 2T2, la mayor baja en la historia de este indicador. En el informe ‘Percepciones del Retail’ de mayo pasado, empresarios dijeron que debido al deterioro de la demanda y la acumulación de inventarios, efectuaron liquidaciones y bajaron precios de productos de fin de temporada.
Además, las plantillas de personal, débiles a causa de reducciones anteriores, se siguen revisando; los contratos de alquiler, que son de largo plazo y muy difíciles de modificar, siguen negociándose; todas las inversiones y gastos que se puedan postergar se han postergado. El negocio de retail en 2023 en Chile se ha transformado en un juego de supervivencia.
/Con información de América RETAIL/