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El urbanismo social no solo mejora el entorno, ¡también fortalece la comunidad! Conoce cómo esta estrategia cambia vidas sin desplazar a nadie.

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El urbanismo social es una estrategia innovadora que coloca a la comunidad en el centro de las intervenciones urbanas, transformando los espacios públicos en lugares seguros, accesibles y sostenibles.

 

Recientemente, expertos de diversos países compartieron sus experiencias en el conversatorio organizado por la Fundación Hogares, con motivo de su 14 aniversario, resaltando cómo este enfoque busca integrar a las comunidades en el proceso de cambio sin desplazarlas.

 

¿Qué es el urbanismo social?

Busca el urbanismo social mejorar la infraestructura y el entorno de comunidades vulnerables, evitando el desplazamiento de sus habitantes y promoviendo un desarrollo inclusivo.

A diferencia de otros modelos, no persigue revalorizar el suelo a expensas de los residentes, sino crear espacios dignos y funcionales que mejoren la calidad de vida, fortalezcan el sentido de pertenencia y mantengan a la comunidad en su lugar.

Beneficios y experiencias en el mundo

Durante el conversatorio, expertos de México, Brasil, Chile, Reino Unido y Francia compartieron los impactos positivos del urbanismo social en sus respectivos países. Ejemplos como la rehabilitación de áreas degradadas en Brasil y el enfoque participativo en Chile han demostrado que las comunidades, al sentirse parte del proceso de transformación, asumen un papel activo en el cuidado y desarrollo de sus espacios.

 

En Brasil, por ejemplo, proyectos en favelas han promovido la cohesión social y la seguridad al transformar antiguos vertederos en áreas de recreación.

 

Por su parte, en Reino Unido, el urbanismo social ha fomentado alternativas de vivienda accesible sin expulsar a los residentes originales, mientras que, en Francia, el enfoque en la isla de Mayotte ha mejorado la calidad de vida de sus habitantes sin forzarlos a mudarse.

 

 

Desafíos en México y el papel del urbanismo social

México enfrenta grandes desafíos urbanos, entre ellos la falta de planificación a largo plazo y la priorización del automóvil sobre el transporte público y el peatón.

 

En la Ciudad de México, millones de personas pasan largas horas en traslados, lo cual reduce su calidad de vida. Implementar urbanismo social puede no solo mejorar estos aspectos, sino también fomentar el sentido de pertenencia y el bienestar colectivo.

 

Fundación Hogares y su impacto

Desde 2010, la Fundación Hogares ha trabajado para fortalecer los lazos de confianza en las comunidades mexicanas, implementando proyectos que involucran a los habitantes en la rehabilitación de sus propios espacios.

Con más de 650 proyectos realizados y millones de personas beneficiadas, la fundación ha demostrado que el urbanismo social es una herramienta eficaz para construir un entorno más inclusivo y resiliente.

 

Los expertos concluyeron que el urbanismo social se presenta como una solución integral para construir ciudades sostenibles y justas, donde las comunidades se mantengan unidas y empoderadas.