La desarrolladora de viviendas Homex, una de las principales constructoras del país en la década de los 2000, fue declarada en quiebra por un juzgado federal el 7 de febrero de 2025, tras no alcanzar un acuerdo con sus acreedores en el proceso de conciliación que llevaba desde mayo de 2022.
Homex, en un comunicado oficial, anunció que apelará la decisión judicial y continuará trabajando para cumplir con las disposiciones legales del concurso mercantil.
La empresa subrayó que sus proyectos activos, que incluyen desarrollos en colaboración con terceros, no se verán afectados por la quiebra, asegurando el cumplimiento de sus compromisos con proveedores y empleados.
Sin embargo, la situación de la firma es crítica, pues sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se cotizan a fracciones de un centavo, con una capitalización bursátil de solo 5.57 millones de pesos, un reflejo de su profunda crisis financiera.
La transición hacia desarrollos verticales y alejados de las zonas urbanas afectó directamente a empresas como Homex, que dependían de proyectos horizontales.
También, la historia de Homex ha estado marcada por escándalos, como el fraude contable ocurrido entre 2010 y 2013, que llevó a la empresa a enfrentar sanciones en los Estados Unidos y una serie de problemas legales que se prolongaron hasta el 2021.
La quiebra de Homex sigue el mismo camino de otras grandes firmas del sector, como Corporación Geo y Urbi, que también pasaron por procesos de reestructuración o liquidación en los últimos años.
Esta situación refleja el deterioro de la industria de la vivienda en México, que en su momento fue impulsada por subsidios y políticas gubernamentales, pero que ha enfrentado dificultades debido a la falta de financiamiento, altos costos de insumos y la disminución de la demanda.