Si bien la propuesta introduce medidas innovadoras como el arrendamiento social y la creación de una empresa constructora del propio Infonavit, también ha despertado preocupaciones sobre la transparencia y el control gubernamental de los fondos de los trabajadores.
Uno de los cambios más significativos es la posibilidad de que los afiliados puedan rentar viviendas del Infonavit con un costo que no supere el 30% de su salario neto, con la opción de adquirirlas al finalizar el contrato. Este esquema busca ofrecer mayor flexibilidad y acceso a la vivienda, especialmente para quienes no pueden asumir un crédito hipotecario inmediato.
No obstante, el ECUM advierte que la implementación de esta reforma podría enfrentar riesgos. En primer lugar, la eliminación de direcciones sectoriales de trabajadores y patrones dentro del Infonavit podría derivar en una centralización del poder en el gobierno federal, afectando la representatividad en la toma de decisiones.
Además, la creación de una empresa constructora del Infonavit genera dudas sobre su capacidad para desarrollar viviendas de calidad y gestionar eficientemente los recursos, especialmente si se opera sin la colaboración adecuada del sector privado.
Mientras algunos sectores ven en esta iniciativa una solución viable al déficit de vivienda en el país, otros alertan sobre el riesgo de burocratización y un manejo poco transparente de los recursos.
Puntos críticos y potencial Impacto
Destaca el análisis del Colegio de Urbanistas de México preocupaciones clave sobre la reforma al Infonavit.
Y en cuanto a su impacto, la reforma podría mejorar el acceso a la vivienda y reducir el déficit habitacional si se implementa correctamente. Sin embargo, existen riesgos de ineficiencia, burocracia y falta de transparencia que podrían afectar la confianza en el sistema y la calidad de los proyectos habitacionales.