El mercado inmobiliario español arrancó el año con cifras históricas. Solo en marzo se registraron 62,808 operaciones de compraventa de vivienda, el mejor dato para ese mes en los últimos 18 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El trimestre cerró con 183,140 operaciones, un 20.7% más que en el mismo periodo de 2024.
La percepción de que los precios seguirán subiendo también ha acelerado las decisiones de compra. La escasez de obra nueva en zonas urbanas y costeras está generando un efecto de urgencia entre los compradores. Como resultado, la vivienda de obra nueva creció un 64.2% interanual en marzo, mientras que la usada aumentó un 34.8 por ciento.
Pese al auge, el crecimiento no es uniforme. Castilla y León, el País Vasco y Extremadura lideraron el avance con incrementos por encima del 60%, mientras que Navarra fue la única comunidad en registrar una caída, del 7.9 por ciento.
Sin embargo, el dinamismo del mercado también genera preocupaciones. Expertos advierten que una parte importante del crecimiento está impulsada por inversores, lo que podría estar desplazando a los compradores particulares. Además, el acceso a la vivienda sigue siendo limitado para los jóvenes: Solo el 30% de las personas entre 18 y 24 años participó en el mercado inmobiliario en febrero de 2025, cinco puntos menos que el año anterior.
El reto ahora es claro: Mantener el equilibrio entre el crecimiento del sector y el acceso asequible a la vivienda, especialmente para los sectores más vulnerables de la población.
Con información de capital.es