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La escasez de agua en la CDMX se perfila como un factor clave en la compra de vivienda, al afectar costos, calidad de vida y plusvalía. Para 2030, solo el 8% de los hogares tendría suministro constante, y algunas alcaldías enfrentarán los mayores retos.

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En la Ciudad de México, el acceso al agua potable se perfila como uno de los criterios más determinantes para la compra o inversión en vivienda. Aunque en las últimas semanas las lluvias han aliviado un poco los niveles del Sistema Cutzamala —una de las principales fuentes de abastecimiento—, la capital del país continúa en una situación de estrés hídrico.

 

Al respecto, Alejandro Sena, director general de Dinero.mx, señaló que los expertos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) advierten que, si no se toman medidas urgentes, la ciudad podría enfrentar su “Día Cero” en 2028, es decir, el momento en que ya no habrá suficiente agua potable para cubrir las necesidades básicas de su población.

 

Esta realidad no solo representa un reto ambiental y de salud pública, sino también un nuevo factor que está comenzando a influir en las decisiones inmobiliarias. Colonias y alcaldías con mayor riesgo de desabasto enfrentan una disminución en la plusvalía, debido a los costos adicionales que los habitantes deben asumir —como contratar pipas de agua— y a la creciente percepción de riesgo entre potenciales compradores.

¿Qué se espera para 2030?

De acuerdo con datos de SACMEX, el panorama hídrico en la capital será mucho más restrictivo dentro de cinco años:

  • Solo el 8% de las viviendas mantendrán un servicio de agua potable constante.
  • El racionamiento diario aumentará en un 35%.
  • El tandeo semanal —programas de distribución por zonas— se elevará en un 20%.
  • La calidad del servicio disminuirá al 28% en varias demarcaciones.

 

 

Las alcaldías más afectadas

Cinco alcaldías concentran el mayor riesgo de desabasto para finales de la década:

* Tlalpan: Una de las más grandes de la CDMX. Aunque históricamente tenía buen acceso al agua, el crecimiento poblacional y la pérdida de fuentes de abastecimiento han provocado una caída drástica en el servicio. De sus 280 colonias, muchas ya presentan problemas graves.

* Iztapalapa: La más poblada de la capital y con décadas de rezago hídrico. Sufre alta demanda y dificultades en la infraestructura de distribución.

* Venustiano Carranza: El suministro de agua se ha vuelto más precario en los últimos años, con proyecciones que anticipan un aumento en las restricciones para 2030. Colonias como Moctezuma Primera y Segunda Sección podrían continuar enfrentando desabasto en los próximos años.

* Iztacalco: Ha sufrido escasez severa desde hace al menos cuatro años. El deterioro de la infraestructura, especialmente las tuberías en mal estado, provoca fugas que desperdician hasta el 30% del suministro. Las zonas más afectadas incluyen Tlacotal, Ramos Millán y barrios de Santiago Norte.

* Gustavo A. Madero: Se prevé un escenario crítico de escasez de agua para 2030, principalmente porque no recibe suministro directo del Sistema Cutzamala. Colonias como Benito Juárez, Cuautepec de Madero, Valle de Madero y Pastora enfrentan alta probabilidad de desabasto.

 

Alejandro Sena señala que, aunque la crisis del agua en la CDMX es compleja, su impacto puede reducirse si se implementan políticas y proyectos adecuados. Algunas alcaldías muestran avances positivos: Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón apuestan por el desarrollo urbano sostenible, mientras que en La Magdalena Contreras y Azcapotzalco la población ya adopta hábitos de ahorro de agua.

 

¿Cómo afecta esto al mercado inmobiliario?

La incertidumbre sobre el suministro de agua está reconfigurando la toma de decisiones en el sector residencial. Compradores e inversionistas ahora consideran este recurso como parte del análisis de riesgo: Vivir en zonas con baja disponibilidad hídrica puede implicar gastos adicionales, menor calidad de vida y un rendimiento más bajo de la propiedad a largo plazo.

Al mismo tiempo, desarrolladores buscan soluciones como sistemas de captación pluvial, reciclaje de agua o pozos independientes, que podrían volverse elementos clave en la promoción de nuevas viviendas.

 

En una ciudad que históricamente ha enfrentado retos para el suministro de agua, el futuro cercano exige una visión más integral en la compra de vivienda. El acceso al agua ya no es un simple servicio público: Es un criterio de valor, una medida de habitabilidad y, cada vez más, una prioridad inmobiliaria.