Los incendios forestales en Europa, las olas de calor en México y los ciclones en nuestras costas son parte de una nueva realidad climática que ya no se puede ignorar. En este contexto, tener un hogar que soporte eventos extremos se está convirtiendo en una necesidad más que en una opción.
Más allá de la estética: Proteger lo más valioso
Patricia Ríos, directora Comercial de Coldwell Banker México, explica que hoy más que nunca, elegir una propiedad requiere pensar en su capacidad para resistir condiciones adversas. A continuación, comparte los cuatro factores clave para identificar un hogar verdaderamente resiliente:
- Ubicación con menor riesgo
Evitar zonas propensas a inundaciones, incendios o erosión no solo reduce el riesgo físico, también disminuye el gasto en seguros y reparaciones. Las aseguradoras ya están ajustando primas o negando coberturas en áreas vulnerables. Elegir terrenos estables y bien planeados es una inversión inteligente a largo plazo.
- Diseño con enfoque climático
Ventilación cruzada, techos que reducen el calor, estructuras resistentes al viento o una buena orientación solar no son lujos, son respuestas prácticas a un entorno más extremo. Este tipo de arquitectura protege a los habitantes y mejora el confort sin aumentar el gasto energético.
- Tecnología para el cambio
- Certificaciones que marcan la diferencia
Contar con sellos como EDGE o LEED, o con evaluaciones oficiales de riesgo, añade valor tangible a una propiedad. Además de garantizar eficiencia y sostenibilidad, estas certificaciones facilitan el acceso a financiamientos verdes y aumentan el valor de reventa.
Invertir con visión
Para Patricia Ríos, la clave está en anticiparse: Hoy, el valor de una propiedad va más allá de su estética o plusvalía. Su verdadero atractivo está en su capacidad de adaptarse y responder ante un entorno cada vez más desafiante.