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Vivir en un hogar resistente al clima extremo ya no es un lujo, es una decisión inteligente y necesaria.

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Los incendios forestales en Europa, las olas de calor en México y los ciclones en nuestras costas son parte de una nueva realidad climática que ya no se puede ignorar. En este contexto, tener un hogar que soporte eventos extremos se está convirtiendo en una necesidad más que en una opción.

 

Según el Atlas Nacional de Riesgos, más de 1,500 municipios en México enfrentan amenazas como inundaciones, deslaves, sequías o tormentas. Además, el INEGI advierte que el 77% de las viviendas del país están en zonas urbanas con efectos intensos de isla de calor. Ante este panorama, la vivienda resiliente gana terreno.

 

Más allá de la estética: Proteger lo más valioso

Patricia Ríos, directora Comercial de Coldwell Banker México, explica que hoy más que nunca, elegir una propiedad requiere pensar en su capacidad para resistir condiciones adversas. A continuación, comparte los cuatro factores clave para identificar un hogar verdaderamente resiliente:

  1. Ubicación con menor riesgo

Evitar zonas propensas a inundaciones, incendios o erosión no solo reduce el riesgo físico, también disminuye el gasto en seguros y reparaciones. Las aseguradoras ya están ajustando primas o negando coberturas en áreas vulnerables. Elegir terrenos estables y bien planeados es una inversión inteligente a largo plazo.

 

 

  1. Diseño con enfoque climático

Ventilación cruzada, techos que reducen el calor, estructuras resistentes al viento o una buena orientación solar no son lujos, son respuestas prácticas a un entorno más extremo. Este tipo de arquitectura protege a los habitantes y mejora el confort sin aumentar el gasto energético.

  1. Tecnología para el cambio

 

Los hogares resilientes ya integran sistemas como captación de agua de lluvia, muros térmicos, aislamiento acústico o materiales que se adaptan mejor a climas extremos. Estas soluciones no comprometen la calidad de vida: Al contrario, la mejoran.

 

  1. Certificaciones que marcan la diferencia

Contar con sellos como EDGE o LEED, o con evaluaciones oficiales de riesgo, añade valor tangible a una propiedad. Además de garantizar eficiencia y sostenibilidad, estas certificaciones facilitan el acceso a financiamientos verdes y aumentan el valor de reventa.

Invertir con visión

Para Patricia Ríos, la clave está en anticiparse: Hoy, el valor de una propiedad va más allá de su estética o plusvalía. Su verdadero atractivo está en su capacidad de adaptarse y responder ante un entorno cada vez más desafiante.

 

Ante un panorama climático cada vez más incierto, elegir un hogar resiliente no es una moda ni un capricho, sino una decisión que protege tu patrimonio y tu bienestar. Porque el verdadero lujo, hoy, es vivir seguro.