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El mercado inmobiliario mundial muestra señales de enfriamiento, pero en varias ciudades persisten riesgos significativos de burbuja, de acuerdo con el UBS Global Real Estate Bubble Index 2025. El estudio, que analizó 21 urbes internacionales, señala que Miami presenta el mayor riesgo, seguida de Tokio y Zúrich.

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El informe destaca que los precios de la vivienda a nivel global se han mantenido prácticamente estables en los últimos cuatro trimestres, ajustados a la inflación. Sin embargo, la falta de asequibilidad limita la demanda y mantiene vulnerables a ciertos mercados.

 

Además de Miami, Tokio y Zúrich, UBS ubica en una franja de riesgo elevado a Los Ángeles, Ginebra, Ámsterdam y Dubái. Estas dos últimas, junto con Madrid, registraron el mayor incremento de riesgo respecto al año pasado. En contraste, ciudades como Londres, París, Milán, Hong Kong, San Francisco, Nueva York y São Paulo muestran bajo riesgo, siendo esta última la más estable del índice.

 

Entre los casos más destacados, UBS subraya que Dubái y Miami han liderado el crecimiento de precios en los últimos cinco años, con alzas cercanas al 50%, mientras que Tokio y Zúrich presentan incrementos de 35% y 25%, respectivamente. Por su parte, Madrid reportó el mayor avance anual de precios reales entre todas las ciudades analizadas, con un 14% en 2024-2025.

 

 

También el estudio advierte sobre la desconexión entre ingresos y precios en varias ciudades. Hong Kong se mantiene como la menos asequible, donde un apartamento de 60 m² requiere el equivalente a 14 años de ingresos. Tokio, París y Londres superan un factor de 10 veces el ingreso anual, lo que reduce la capacidad de compra de la población.

 

UBS resalta que, cuando los inmuebles se vuelven inaccesibles, los gobiernos suelen responder con regulaciones como nuevos impuestos, límites a la compra extranjera o controles de renta. Este tipo de medidas ya han disminuido el atractivo de mercados tradicionalmente fuertes como Vancouver, Sídney, Ámsterdam, París, Nueva York, Singapur y Londres.

 

Pese al enfriamiento generalizado, el banco advierte que el aumento de la deuda pública y la expectativa de bajas en las tasas de interés hacia 2026 podrían dar un nuevo impulso al sector. La oferta limitada en la mayoría de las grandes ciudades refuerza la posibilidad de que los precios mantengan su tendencia alcista en el corto plazo.

Finalmente, aunque la exuberancia inmobiliaria mundial se ha moderado, el riesgo de burbuja persiste en mercados clave, lo que obliga a gobiernos, inversionistas y ciudadanos a actuar con cautela ante la posible formación de desequilibrios mayores.