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Los compradores de vivienda en México ya no se guían solo por la ubicación o el precio. Hoy, factores como seguridad, bienestar, sostenibilidad y certeza legal son los nuevos pilares que definen la elección del hogar y transforman la oferta del mercado inmobiliario.

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Durante muchos años, la decisión de comprar una vivienda en México se definía casi exclusivamente por dos factores: la ubicación y el precio. Sin embargo, el perfil del comprador ha cambiado de manera significativa. Hoy, quienes buscan casa o departamento valoran más los aspectos que garantizan calidad de vida, tranquilidad y seguridad patrimonial.

 

Según datos de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), más del 60% de los compradores en el país prioriza la seguridad, las áreas verdes y las amenidades por encima de la cercanía a zonas céntricas. Esto muestra una tendencia clara: el hogar ya no se elige solo por su dirección, sino por la experiencia de vida que puede ofrecer.

 

Del metraje al bienestar

La pandemia transformó la relación con los espacios habitacionales. El hogar se volvió oficina, escuela y lugar de descanso, por lo que el entorno —la tranquilidad, la luz natural, el acceso a servicios y la convivencia con la naturaleza— empezó a tener un peso determinante.

A esto se suma que más del 62% de las operaciones inmobiliarias actuales corresponden al mercado de vivienda usada, según datos de la AMPI, lo que indica que los compradores no buscan necesariamente estrenar, sino encontrar un espacio con buena ubicación, servicios y seguridad.

 

 

Sostenibilidad y plusvalía

Otro elemento en ascenso es la sostenibilidad. La consultora CBRE señala que los desarrollos con certificaciones ambientales pueden elevar su valor de reventa hasta en un 10% respecto a los proyectos tradicionales. Incorporar tecnologías de eficiencia energética, materiales sustentables y sistemas de ahorro de agua no solo responde a la conciencia ecológica, sino también a una visión de largo plazo: vivir mejor y asegurar la plusvalía.

Confianza y certeza legal

 

También, la seguridad jurídica se ha convertido en una condición indispensable. Cada año se realizan más de 450 mil transacciones habitacionales en México, de acuerdo con datos del Registro Único de Vivienda (RUV), y uno de los principales retos sigue siendo la falta de claridad documental. Por ello, los compradores buscan garantías postventa, revisiones técnicas y transparencia en los procesos legales.

 

Empresas como SíVENTA, filial de ALIGNMEX, están implementando modelos de certificación inmobiliaria que verifican los inmuebles antes de su venta, revisando aspectos técnicos, legales y estéticos. Este tipo de esquemas eliminan incertidumbres y fortalecen la confianza del comprador.

Un mercado que se transforma

Los desarrolladores y agentes inmobiliarios comienzan a adaptarse a esta nueva lógica. Ya no se trata solo de ofrecer metros cuadrados, sino de garantizar procesos claros, entornos seguros y experiencias de vida sostenibles.

 

Hoy, el valor real de una vivienda se mide en términos de confianza, bienestar y protección patrimonial. En este nuevo escenario, quienes comprendan las prioridades del comprador moderno tendrán la ventaja de construir relaciones duraderas y comunidades más seguras y habitables.