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Los resultados del Índice de Precios de la Vivienda de la SHF, al tercer trimestre de 2025, confirman que el mercado de vivienda mexicano atraviesa una fase de segmentación, donde la demanda se desplaza hacia zonas intermedias, turísticas e industriales.

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El mercado de la vivienda en México mantuvo su dinamismo a lo largo de 2025, pese a un entorno económico de bajo crecimiento. Aunque la actividad crediticia mostró una ligera disminución en el número de avalúos (-2.2%), los precios continuaron al alza, impulsados por factores estructurales como la escasez de suelo en grandes urbes, la expansión del mercado turístico, la demanda de vivienda asequible y la creciente presión del nearshoring en las zonas industriales del norte y occidente del país.

A partir del análisis del Índice SHF, se identifican seis tendencias clave que están definiendo la evolución del sector inmobiliario.

 

Vivienda usada, el motor del mercado: Las viviendas usadas aumentaron 8.7%, superando el avance de las nuevas (8.4%). Esto refleja una preferencia por zonas consolidadas con infraestructura completa, y una reacción a las altas tasas hipotecarias que llevan a buscar opciones más asequibles.

 

Vivienda económica-social con la mayor apreciación: Este segmento subió 10.9%, más que el de vivienda media y residencial (7.3%), confirmando que la demanda de vivienda accesible sigue siendo el motor principal del mercado interno.

 

Municipios turísticos con fuerte presión al alza: Los mayores incrementos se concentran en destinos de playa: Cancún (14.5%), Los Cabos (13.5%), Playa del Carmen (13%), Bahía de Banderas (11.8%) y La Paz (12.4%), impulsados por la inversión en segunda vivienda y el crecimiento del turismo internacional.

 

Desaceleración en grandes metrópolis: El Valle de México (5.1%), Toluca (4.7%) y la Ciudad de México (4.8%) registraron los menores aumentos, reflejando mercados maduros y limitados por la falta de suelo disponible.

Norte y occidente del país lideran el crecimiento: Guadalajara (10.9%), Tijuana (10.7%), León (10.5%) y Monterrey (9.4%) son los polos más dinámicos, en línea con el auge industrial y la relocalización de inversiones asociadas al nearshoring.

 

Mercado resiliente pese a entorno económico débil: Aun con el PIB en retroceso (-0.2%) y menor número de avalúos, los precios se mantuvieron firmes, consolidando a la vivienda como refugio de valor y activo de inversión en contextos de incertidumbre.

 

La estabilidad de precios, incluso con menor crecimiento económico, ratifica la confianza de los hogares e inversionistas en un sector que sigue siendo pilar del patrimonio familiar y del desarrollo nacional.