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Diversos especialistas han definido a las Ciudades Inteligentes como aquellas que apuestan por mejorar la calidad de vida de sus habitantes a través de la tecnología, la innovación y la participación de todos los agentes de cambio, no solo el digital. En este sentido, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), declaró como zonas inteligentes de México a las urbes de Maderas, en Querétaro; Ciudad Creativa y Tequila, en Jalisco; y Smart, en Puebla.

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“En América Latina y concretamente en México, tienen que venir a resolver los problemas básicos que tienen nuestras urbes que comúnmente son de problemática social (falta de inclusión). Si hablamos del lejano Oriente o Europa, no son los mismos problemas que resolver. Las ciudades Latinoamericanas, tienen la misma tipología de problemáticas y están en aras de encontrar su propio modelo, estamos en ese proceso”, afirmó Manuel Redondo, presidente de Fira Barcelona-México, organización que realiza los congresos más importantes en la materia en Latinoamérica.

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Aunque en México actualmente hay programas gubernamentales, para llevar inteligencia a una localidad, no es necesario esperar a que exista la mejor conectividad en su carretera de datos, ya que, también debe existir la preocupación por compartir proyectos inteligentes, como por ejemplo, los relacionados con el cuidado del agua e inclusión de la ciudadanía a ciertos servicios en colaboración con la academia, gobierno y población.