A través de un comunicado, explicó que la apuesta del Gobierno de la República es la densificación, crear desarrollos habitacionales hacia arriba en centros urbanos, pero con planeación y en coordinación con los estados y municipios para evitar que escaseen los servicios y se deteriore la calidad de vida.
Ramírez Marín comentó que esta tarea implica un esfuerzo adicional que es consolidar el registro de las reservas de tierra intraurbana, medida que evitará que los mexicanos pobres sean desplazados de las ciudades, al no contar con los suficientes recursos para adquirir una vivienda.
La tierra de las ciudades se va a encarecer, reconoció, pero, el Gobierno trabaja para estar preparado con alternativas para quienes ganan menos de cinco salarios mínimos. Los pobres no serán mandados lejos de las ciudades y los que tengan dinero cerca de ellas. El registro de tierras, resaltó, garantiza que haya vivienda para todos.
En los últimos 30 años, la mancha urbana creció 700%, mientras la población lo hizo en 210%. “Así pasamos de 15 zonas metropolitanas a 59 y no queremos ni una más, con esas nos quedamos contentos, ahora hay que planear y construir vivienda sustentable dentro de las ciudades, con viviendas habitadas y predios regulares”, agregó.