Según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de marzo de 2025, el índice de morosidad del crédito hipotecario se ubicó en apenas 2.9%, lo que refleja la solidez del sistema bancario y el buen comportamiento de los acreditados.
No obstante, para quienes enfrentan dificultades para pagar su crédito hipotecario debido a factores como la inflación, la recesión o la incertidumbre económica, aún existen alternativas antes de llegar al desalojo o a un proceso judicial.
Agregó que “es posible transformar un conflicto hipotecario en una oportunidad de renegociación donde todas las partes queden satisfechas”.
La compañía promueve mecanismos que permiten proteger el patrimonio y evitar los desgastes legales y emocionales que implica perder una vivienda.
Entre las principales alternativas que sugiere se encuentran:
- Reestructuración del crédito, ajustando plazos o tasas de interés;
- Pagos parciales o convenios escalonados, útiles para personas con ingresos irregulares;
- Mediación privada, ideal para créditos ya vendidos como cartera vencida;
- Recompra con descuento, opción viable en ciertos casos donde el inmueble perdió valor o hay disposición a negociar;
- Entrega voluntaria, que permite saldar la deuda sin recurrir a un juicio.
En 2024, México registró la colocación de 512 mil créditos hipotecarios entre organismos públicos y privados. A lo largo de los años el producto hipotecario ha evolucionado para proteger tanto a la empresa que financia el crédito como a los acreditados para evitar al máximo posible caer en impago.