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A pesar de los desafíos económicos que enfrenta el país, la cartera hipotecaria de la banca mexicana mantiene niveles de morosidad bajos. Sin embargo, hay circunstancias que evitan el poder cumplir con el compromiso adquirido, pero para ellos hay opciones para solucionar las eventualidades.

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Según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre de marzo de 2025, el índice de morosidad del crédito hipotecario se ubicó en apenas 2.9%, lo que refleja la solidez del sistema bancario y el buen comportamiento de los acreditados.

No obstante, para quienes enfrentan dificultades para pagar su crédito hipotecario debido a factores como la inflación, la recesión o la incertidumbre económica, aún existen alternativas antes de llegar al desalojo o a un proceso judicial.

 

“Existe la percepción equivocada de que dejar de pagar implica perder la vivienda. Aunque, siempre que exista voluntad de las partes y un acompañamiento técnico adecuado, tanto legal como financiero, hay muchos casos que pueden resolverse antes de llegar al juicio o desalojo”, explica Mike Ramírez, fundador de Blun M2, empresa especializada en soluciones patrimoniales y negociación de cartera vencida.

 

Agregó que “es posible transformar un conflicto hipotecario en una oportunidad de renegociación donde todas las partes queden satisfechas”.

La compañía promueve mecanismos que permiten proteger el patrimonio y evitar los desgastes legales y emocionales que implica perder una vivienda.

Entre las principales alternativas que sugiere se encuentran:

  • Reestructuración del crédito, ajustando plazos o tasas de interés;
  • Pagos parciales o convenios escalonados, útiles para personas con ingresos irregulares;
  • Mediación privada, ideal para créditos ya vendidos como cartera vencida;
  • Recompra con descuento, opción viable en ciertos casos donde el inmueble perdió valor o hay disposición a negociar;
  • Entrega voluntaria, que permite saldar la deuda sin recurrir a un juicio.

 

“Conocer estas alternativas ayuda a proteger nuestro patrimonio, restaurar relaciones contractuales y prevenir procesos judiciales que desgastan a todas las partes involucradas”, concluyó Ramírez.

 

En 2024, México registró la colocación de 512 mil créditos hipotecarios entre organismos públicos y privados. A lo largo de los años el producto hipotecario ha evolucionado para proteger tanto a la empresa que financia el crédito como a los acreditados para evitar al máximo posible caer en impago.