A través de su Informe Trimestral de Inflación correspondiente al último trimestre de 2021, redujo de 3.2 a 2.4% su proyección de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) de México en el presente año.
Para 2023 se anticipa una expansión del PIB de entre 1.9 y 3.9%, con una estimación puntual de 2.9%, que es ligeramente mayor al 2.7% previo.
La revisión a la baja del crecimiento esperado para 2022, se explica fundamentalmente por la debilidad de la actividad económica en el último trimestre de 2021, que podría extenderse a los primeros meses de 2022, especialmente tras el impacto de la variante Omicron en la actividad durante enero.
El banco central anticipa que la recuperación comience a acelerarse de forma gradual a partir del 1T22, impulsada tanto por la demanda externa (especialmente por el crecimiento de la producción industrial estadounidense) como la interna (pues el consumo muestra aún signos de gradual, pero constante recuperación). Para 2023, el ajuste al alza en las estimaciones de crecimiento responde a los efectos de base de crecimiento del año previo.
Por lo que respecta a los potenciales riesgos a la alza para el crecimiento, sobresale la posibilidad de que la pandemia se disipe con mayor rapidez; también que exista mayor inversión en México gracias al T-MEC; finalmente, que se den condiciones financieras que permitan una recuperación económica acelerada a nivel global.
Sobre la inflación, el banco central no ajustó su proyección respecto al reporte previo, por lo que prevé que los precios al consumidor se incrementen 4% a lo largo de todo el 2022, pero anticipa que hasta el segundo semestre bajará de niveles del 5% anual. Finalmente, pronostica que será hasta el tercer trimestre de 2023 cuando se logre regresar al objetivo de 3 por ciento.