Una inversión de 60 mil millones de pesos (mdp) en la construcción de una planta coquizadora en la refinería de Tula, en Hidalgo, permitirá la producción de 30 mil barriles diarios (mbd) de gasolina y la creación de 8 mil empleos.
Así lo afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador durante una visita a las obras, que reiniciaron después de cinco años, detenidas desde hace cinco años ‘por cuestiones de corrupción’ vinculadas a la empresa brasileña Odebrecht.
Esta planta se suma a la producción de las seis refinerías existentes en México, la nueva de Dos Bocas que se construye en Paraíso, Tabasco, y a la comprada de Peroleros Mexicanos (Pemex) a Shell en Texas, para abastecer los combustibles que demanda el mercado interno y dejar de importar gasolinas en 2023.
“Constatamos que después de cinco años se reinició la construcción de la coquizadora en la refinería de Tula, Hidalgo. Vamos a invertir 60 mil millones de pesos, se crearán 8 mil empleos y se producirán 30 mil barriles adicionales de gasolinas”.
El mandatario expuso que el gobierno federal resolvió problemas administrativos y pago deudas que tenía la coquizadora, y que la inversión de 60 mil mdp se obtendrán de la lucha contra la corrupción, los ahorros y la austeridad republicana.
Reiteró que el propósito en materia energética es rescatar a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). También comprometió al ingeniero Asención Medina, de ICA, empresa encargada del proyecto, a concluir la planta a fines del 2023.
“Acaba de reiniciarse esta obra y la vamos a terminar, como todas las obras, para finales de 2023, y ya con esta coquizadora vamos a tener los combustibles que demanda el mercado interno, es decir, ya no vamos a comparar las gasolinas en el extranjero”.